En un insólito intento por innovar en la cocina, una mujer cubana decidió seguir una receta que vio en las redes sociales y preparó un platillo utilizando la cáscara de plátano. La receta fue promovida como una solución creativa a la escasez de alimentos en la isla. Sin embargo, la reacción del público ha sido mayoritariamente negativa.
Mario J. Pentón, un conocido periodista entre la comunidad cubana, criticó duramente esta tendencia en un post en redes sociales. Mario publicó una captura de pantalla de lo dicho por la «cocinera», quien expresó que la hizo «para saber cómo era comer un dulce de cáscara de plátano maduro».
La modernísima Nitza Villapol, dijo que le quedó «bueno», y se quejó de haber hecho solo un poquito.
«(…) hice muy poquito solo para quitarme la duda y me gustó mucho, lo único que es un poquito chicloso», comentó. Luego dio a conocer «la receta».
«Síganle haciendo caso a las cochinadas que ponen en televisión. Ni Frei Betto ni los cocineros de la televisión cubana se comen lo que les recomiendan. Pobre pueblo de Cuba», dijo Mario J. Pentón.
Este comentario resonó entre los usuarios, que no dudaron en expresar su descontento y asco ante la idea de consumir cáscaras de plátano.
Uno de los comentarios más destacados fue el de Willy Santiesteban, quien, con un tono sarcástico, escribió: «Viscoso pero sabroso… Buajajajajajjajajaaa ya que coman lombrices, si total!!!». Santiesteban también señaló que los pobres no tienen elección, pero los sumisos y aguantones sí, reflejando un sentir común de frustración y resignación.
Aloima Lopez Cotarelo expresó su asco con un emoticono de vómito, agregando:
«Qué asco por dios parece caca».
Por su parte, Raúl Rojas Leiva se burló de la situación diciendo: «Lis Cuesta, está gorda de comer tanto dulce de cáscaras de plátano», en referencia a la esposa del presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Yanet Igarza Borrego, por su parte, criticó la falta de dignidad y sentido común entre los cubanos que siguen estas recomendaciones.
«Sin palabras, a los cubanos les han afectado tanto la mente que son capaces de hacer todo lo que le digan, quien ha visto eso, comer cáscara de plátano, los monos de la selva comen mejor. Por Dios vamos a respetarnos un poco y tener dignidad humana».
Otro usuario, Ara Benítez, expresó su preocupación sobre el entrenamiento psicológico que se le da al pueblo cubano para aceptar cualquier tipo de comida: «Los están entrenando para comer cualquier cosa!! Definitivamente es así, que pena».
Este sentimiento de desesperanza y resignación fue compartido por muchos otros en la publicación.
Yuniel Niebla, en un comentario más reflexivo, culpó a los propios cubanos por permitir estos atropellos: «Los culpables de esto somos nosotros mismos los cubanos, que hemos permitido toda esta clase de atropellos por años».
La receta de la cáscara de plátano, aunque promovida como una muestra de «resistencia creativa», ha dejado un sabor amargo en la boca de muchos cubanos, que ven en esta iniciativa un reflejo más de la desesperada situación alimentaria y la falta de respeto hacia la dignidad humana.
La indignación y el rechazo generalizado muestran que, aunque las recetas puedan ser innovadoras, no logran ocultar la cruda realidad que enfrenta el pueblo cubano día a día.
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