El Mandarín: reabre restaurante emblemático de La Habana

El arroz frito, las maripositas chinas y el pollo en salsa agridulce son de lo más pedido del menú del restaurante El Mandarín

La reapertura del famoso restaurante El Mandarín, el pasado 16 de noviembre, le devolvió a los habaneros uno de los sitios más populares de la urbe, especializado en recetas de la cocina oriental.

Ubicado en la conocida esquina de 23 y M, alcanzó gran parte de su fama gracias al arroz frito, las maripositas chinas, y el pollo en salsa agridulce, platos emblemáticos de la casa.

Hacía ya unos años que este establecimiento gastronómico, lejos de complacer a los clientes generaba críticas relacionadas con la calidad de las elaboraciones y el servicio. “Recuerdo que fui hace muchísimo y no me gustó nada. La comida parecía que llevaba tiempo en el plato, no estaba caliente y, además, los manteles sucios. Me fui muy decepcionada de allí”, cuenta Oilda Sarmiento.

Desde que El Mandarían reabriera sus puertas, lo que más sorprende a los visitantes es lo asequible del menú.

Zoila ha elegido el espacio para cenar con su familia en dos ocasiones. “Me llama la atención, sobre todo, el precio de los productos. Las maripositas chinas están exquisitas y cuestan 10 pesos en moneda nacional, eso lo solemos pedir como entrante. Luego, a nosotros nos gusta el arroz frito y con una ración comemos mi esposo, mi nieta y yo, por solo 75 pesos. Hay también refrescos nacionales Ciego Montero, que suelen ser baratos”.

Para Marcel Zamora a pesar de que la coctelería se vende en CUC, el costo es diferente si se compara con los negocios por cuenta propia. “Aquí un daiquirí o una piña colada vale 2 CUC. En otros puntos de venta, suelen exceder los 4, o sea 100 pesos cubanos. Hay entrantes como la ensalada de pollo que, si te pones a mirar, en los restaurantes privados tiene mejor calidad, pero es más costosa”.

Una de las dependientas dijo a Cubacomenta que luego de la  restauración (que duró tres meses) la mayor afluencia ha sido del público nacional. “El Mandarín no solo es símbolo de la comida china. Es también un ícono de la gastronomía en La Habana, estamos situados en plena Rampa. Desde que abrimos, procuramos ofertar un buen servicio. Insistimos en la limpieza, desde el suelo y las ventanas de cristal, que permiten una vista disfrutable de la avenida 23; hasta los manteles, servilletas y cubiertos”.

“Hacía rato que no veía un pollo en salsa agridulce por 60 pesos y lo he podido degustar aquí”, alega Julio Lago. “Lugares mejores hay un montón, por supuesto, pero lo que veo de este es que está dirigido al cubano que vive de su salario y que una vez quiere darse un gustico.”

Texto y fotos: Lucía Jerez