Lo cierto es que julio y agosto pondrán en vilo a un gobierno que ya no sabe por dónde nacerá la próxima protesta y los próximos gritos de comida y libertad.
El cardenal católico, quien además es doctor en derecho canónico y diplomático de la Santa Sede, expresó que “es importante que los jóvenes que en un momento manifestaron su pensamiento de la forma que conocemos puedan volver a sus casas".
La mecha prendió en la ciudad de San Antonio de los Baños, Artemisa, ubicada a menos de 40 kilómetros al suroeste de La Habana, cuando un grupo de jóvenes decidió que no querían seguir aguantando apagones toda la noche y luego pasar el día entero en una cola para ver qué alcanzaban de lo que sacaran en las pocas tiendas locales.