Después de 20 años de esfuerzo y dedicación, Yoanna Troche del Toro, una inmigrante cubana residente en Forlì, Italia, finalmente logró hacer realidad su sueño: abrir "Cuba Libre", una rosticería cubana que combina lo mejor de la cocina cubana e italiana.
En barrios como Los Sitios y Centro Habana, el impacto de estas políticas ya se hace evidente. Tiendas que ofrecían alimentos, productos de limpieza o materiales de construcción han comenzado a rematar sus inventarios y cerrar sus puertas.
Estas dos historias ilustran los diferentes caminos que pueden tomar los inmigrantes cubanos al llegar a Estados Unidos. Mientras que algunos, como Yosvany Bello Roque, aprovechan las oportunidades que se les presentan para construir una vida mejor y aportar positivamente a su comunidad, otros, como Mario Enrique Nerey Valdivia, eligen caminos que los llevan a enfrentarse con la ley y a poner en riesgo tanto su futuro como el de aquellos que los rodean.
Estas historias no solo inspiran a otros cubanos a emprender y superar obstáculos, sino que también resaltan la resilencia y el espíritu emprendedor de la comunidad cubana en el extranjero.
Las nuevas medidas de la administración Biden hacia Cuba han provocado una amplia gama de respuestas críticas. Estas no solo proceden del régimen cubano, que las ve como insuficientes, sino también de activistas, analistas y políticos que cuestionan su eficacia y moralidad. El consenso entre los críticos es claro: sin una presión internacional consistente por reformas democráticas y una estrategia que realmente empodere a los cubanos sin fortalecer al régimen, el camino hacia un cambio verdadero en Cuba seguirá siendo esquivo.
Medios estadounidenses destacan que la administración está levantando algunas restricciones económicas que durante mucho tiempo han obstaculizado el crecimiento de las pequeñas empresas en Cuba; y forman parte de un esfuerzo más amplio de la administración Biden para mejorar las relaciones económicas con Cuba. La idea es que, al fortalecer el sector privado, se promueva una mayor independencia económica entre los ciudadanos cubanos.
Como emprendedor cubano no solo incluye a los trabajadores por cuenta propia, sino también cooperativas y pequeñas empresas privadas de hasta 100 empleados.