No pocos afirmarían que estos beneficios al emprendimiento privado en la isla y a los emprendedores cubanos contribuyen a prolongar la agonía del pueblo, y la perpetuidad de los actuales mandamases cubanos en el poder.
Para nadie es un secreto que, detrás de la fachada de emprendedores cubanos, hay una larga lista de personas – y personajes – afines al gobierno de La Habana. La reciente decisión de la administración de Joe Biden de permitirle ciertas «libertades financieras» a estos emprendedores – y los «emprendedores» de fachada (¿testaferros? y enmascarados) deja a muchos una pregunta: ¿habrá negociado algo a cambio el gobierno de la isla? Y sí así, fue, ¿qué propusieron en el intercambio?
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Según la agencia Reuters, la administración Biden planea introducir nuevas regulaciones para facilitar el apoyo financiero de Estados Unidos a las pequeñas empresas privadas en Cuba, con directrices que facilitarán a los estadounidenses la concesión de préstamos a pequeñas empresas cubanas a través del sistema financiero estadounidense.
Estas medidas, que se espera se anuncien esta semana, tienen como objetivo ayudar a los empresarios cubanos a enfrentar los desafíos económicos en la isla gobernada por los comunistas, y llega curiosamente en el preciso momento en que Miguel Díaz-Canel, llegó a Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde de seguro, una vez más, intentará demonizar al gobierno de los Estados Unidos.
Reuters sin embargo afirma que esta decisión de la administración Biden, no parece ser parte de una flexibilización más amplia de las sanciones estadounidenses a Cuba, sino que más bien parece estar en concordancia con la idea que tenía Biden, precampaña, de revocar algunas restricciones de la era Trump sobre Cuba.
Si bien las nuevas medidas podrían potencialmente permitir un flujo de préstamos estadounidenses al «orientado resurgimiento» sector privado de Cuba, por parte de la cúpula gobernante, y a pesar de que un funcionario del Departamento de Estado enfatizó que la ayuda estaría diseñada para minimizar cualquier beneficio para el ejército cubano, no hay modo – ¿o sí? – en que el gobierno de los Estados Unidos pueda controlar que ese beneficio a unos emprendedores desconocidos en muchos casos, no termine por carambola en manos equivocadas.
Incluso hay más. No pocos afirmarían que ciertos beneficios al emprendimiento privado en la isla contribuyen a prolongar la agonía del pueblo, y la perpetuidad de los actuales mandamases cubanos en el poder.
Pero, ¿le dará el gobierno cubano algo a su contraparte por este regalito al sector que lo ha estado sacando de aprietos «alimenticios» a la población durante varios meses? Probablemente no. Muy seguramente no suelten ni a uno solo de los presos políticos del 11J.
Bloomberg señala que el gobierno cubano esperaba de su contraparte norteña una reversión más amplia de las sanciones estadounidenses, en medio de los graves desafíos económicos de Cuba, incluidos apagones y escasez, exacerbados por sanciones anteriores de Estados Unidos y la pandemia de Covid-19; pero la administración Biden está adoptando un enfoque cauteloso, debido a que le interesa reconquistar a los votantes cubanoamericanos en Florida, un estado clave, antes de las elecciones de 2024.
Debido a eso, no hay por qué esperar que desde La Habana le devuelvan el favor a Washington. En parte, porque saben – o deben saber – que el foco de la política estadounidense sigue siendo apoyar al pueblo cubano, en particular a los empresarios, sin beneficiar al régimen ni al ejército cubano y no hay indicios de que la administración Biden vaya a volver plenamente al nivel de compromiso visto durante la era Obama, resume el texto.
