Un Viacrucis contemporáneo en la Catedral de La Habana

Feligreses habituales se sorprenden con el Viacrucis contemporáneo, del artista joven Michel Pérez Pollo, que puede verse en la  Catedral de La Habana

El tradicional Viacrucis, que por mucho tiempo había estado en la Catedral de La Habana, ha sido sustituido por otro que no deja de sorprender a los feligreses.

Se trata de una obra de Michel Pérez Pollo, uno de los pintores jóvenes más notables del panorama nacional. Y, si bien en un inicio fue concebida como un trabajo personal del artista, fruto de su vínculo con la fe, por su singularidad se consideró que debía ser mostrado.

“El Viacrucis es para los católicos la meditación de los pasos de Jesús en su camino al calvario hasta su crucifixión y muerte. En Semana Santa, los fieles reviven los episodios del doloroso trayecto de Cristo, a través de la oración y las reflexiones”, explicó Ernesto Hernández, seminarista.

Este ritual cristiano constaba de catorce estaciones, siendo la última la entrega del cadáver de Jesús en el sepulcro. El Viernes Santo de 1991,  con el entonces Papa Juan Pablo II, se creó la décimo quinta fase que representa la resurrección del Mesías.

Luis Enrique Padrón, curador de la obra que ahora se exhibe en la basílica habanera, dijo a Cubacomenta que una de las peculiaridades de la serie de Pérez Pollo consiste en que no nació solamente para ser mostrada. “Se concibió para ser rezada y pensada, además. En este sentido, se pretendió lograr una armonía con el interior del templo donde sería exhibida”.

A juicio de Padrón, en esta secuencia, compuesta por lienzos de pequeño formato pintados al óleo, su creador se ha mantenido fiel a un universo plástico que siempre lo ha distinguido. “Cuando él pinta parece que está esculpiendo, dota los elementos de mucho volumen”.

Asimismo refirió que “se quería una apertura con la instalación en su máximo esplendor, con luces encendidas. Por eso, la inauguración de la muestra, el pasado martes 26 de noviembre, fue con un concierto titulado, Resurrexit, que en latín significa resurrección, tema central del último eslabón del camino de la cruz”.

“Confieso que cuando entré me sentí un poco sorprendida. Llevo años visitando el lugar y siempre había visto las mismas imágenes del Viacrucis. Este es distinto y me agrada porque en su sobriedad logra transmitir el sobrecogimiento y la meditación que experimentamos los cristianos durante esa fecha litúrgica”, contó Martha Lidia Suárez, una de las visitantes.

Las piezas permanecerán en la iglesia hasta abril del 2020 y el público podrá asistir de lunes a viernes, en el horario de diez de la mañana a cuatro de la tarde.

Texto y fotos: Lucía Jerez