La Terminal de Ómnibus Nacionales parece lucir otra cara

Texto y fotos: Vladia Rosa García

Luego de tantas críticas, pareciera que los encargados de la Terminal de Ómnibus Nacionales han reaccionado

Hay un dicho muy conocido: todo no es blanco o negro, existen matices. En La Habana te encuentras esto en los espacios menos imaginados, aquellos señalados por la población por sus constantes errores y que hoy intentan mostrar otra cara.

La Terminal de Ómnibus Nacionales, uno de los sitios más concurridos de la capital, ha sido blanco constante de insatisfacciones y críticas por parte de la población. Ante tantas denuncias, actualmente la entidad exhibe algunas condiciones favorables y otras no tanto.

Podríamos comenzar por los baños. Para nadie es un secreto que hablar en Cuba de baño público es sinónimo de suciedad y mal olor. Además, nunca pierden la oportunidad del cobro obligatorio por utilizar el servicio, no importa si carece del mínimo de condiciones. Aquí, por estos días, sucede lo contrario.

“Huele a aromatizante todo el día. Lo más pesado es lo de los cubos para descargar porque no hay otra manera de hacerlo. Pero el suelo está limpio y no hay papeles fuera del cesto. Eso es positivo en una ciudad con tantos problemas de higiene”, comenta Carmen, camagüeyana que visita mensualmente La Habana por razones de salud.

Lo negativo sería la seguridad. Las puertas carecen de un pestillo o cualquier otro aditamento que las aseguren mientras están las personas dentro. “Imagínese, entrar y velar que nadie más lo haga. Si la suelta quien te espera, te ven, y eso es un momento de privacidad”, declara una joven estudiante de Medicina.

En un recorrido rápido se nota bastante pulcritud en los alrededores y apropiada distribución de los cestos de basura por todo el local. La única queja de quienes esperan su guagua radica en la escasez de asientos. Los existentes son incómodos, confeccionados con un material duro,  poco funcional para una Terminal de Ómnibus Nacionales.

“No puedes apoyarte porque son sin respaldares, el modelo está diseñado para un lugar diferente, donde pases poco tiempo. Llega un momento que no puedes estar sentado y se debe tener en cuenta que muchos dormimos aquí si ocurre algún inconveniente con el viaje”, expresa Mario, de la provincia de Cienfuegos.

Las madres con menores en brazos son las principales afectadas en este sentido. “Es difícil amamantar y dormir al pequeño sin estar cómoda. ¿Dónde te apoyas para que el niño descanse en tu hombro? La estancia nunca dura menos de dos horas”.

¿Establecimientos estatales con ofertas gastronómicas del gobierno? Cero. La batuta quedó bajo el mando de los cuentapropistas que ofrecen panes, dulces y refrescos. Dependencias estatales se mantienen en las tiendas en divisas, una sucursal del Banco Metropolitano y la librería.

“Los precios igual que en los demás particulares. Aunque hace falta más variedad. En las tardes se acaban los alimentos y solo quedan las confituras; eso podría mejorarse. Lo otro es que por qué no se vende almuerzo. Solo hay comida ligera y cara”. Estas son algunas de las preocupaciones de Laura, natural de Pinar del Río.

La Terminal también prevé estrenar nuevas instalaciones por el 500 aniversario de La Habana. A la izquierda de la entrada principal permanecen cerrados dos locales, una dulcería y otro destinado para la custodia de equipajes que próximamente abrirán sus puertas. “Ojalá todo se mantenga así por muchos años”, ruegan algunos.

La matancera Margarita explica que “antes esto parecía un corral de animales. El piso sucio, la basura por doquier, moscas. Ojalá y no sea solo por el aniversario de la ciudad”.