Operación Peter Pan: a 60 años del comienzo del éxodo infantil

Uno de los episodios más recordados de los primeros años del gobierno de Fidel Castro fue la conocida Operación Peter Pan, que inició hace seis décadas.

Un 26 de diciembre de 1960 comenzó el recordado éxodo hacia Estados Unidos de más de 14.000 niños cubanos de entre 6 y 18 años como parte de la Operación Peter Pan.

Hace unos sesenta años que empezaron los primeros viajes de menores de edad, cuyos padres querían ponerlos a salvo del gobierno de Castro y brindarles la posibilidad de una nueva vida y otro futuro en EEUU.

El movimiento de niños inició aquel 26 de diciembre desde La Habana con la salida de los primeros en el vuelo 422 de la Pan American World Airways, quienes fueron recibidos por monseñor Bryan O. Walsh en Miami.

Aquellos sucesos fueron fruto de la coordinación entre personas de La Habana, Miami y Washington DC. En la Isla “un grupo de valientes educadores y líderes católicos desarrollaron las redes (de padres y maestros) en las escuelas privadas, mayormente. El motor de estas gestiones fue James Baker, director de la Academia Ruston, una escuela estadounidense en La Habana”, explica en Cubanet una de las menores que se trasladó por aquel motivo, Ileana Fuentes.

“En Miami, el alma y el cerebro del éxodo ―y de la relocalización de miles de niños y niñas en orfelinatos católicos a lo largo y ancho de la nación― fue un sacerdote católico ―más adelante, monseñor― que había emigrado de Irlanda: el padre Bryan O. Walsh. Walsh era en aquel momento director ejecutivo del Buró Católico de Bienestar, y conformó con el programa de Bienestar de los Niños lo que fue el Programa de Niños Cubanos. El Buró Católico fue autorizado por el Departamento de Estado a procesar las visas de estudio y notificar a los padres en Cuba que la documentación de sus hijos estaba resuelta y que podían viajar a Miami”, añade.

Por esta causa, entre esa fecha y octubre de 1962, cuando terminó la Operación Peter Pan, salieron de Cuba rumbo a Estados Unidos unos 14.048 menores de edad, que se ubicaron en casas de amistades de la familia o parientes y otros estuvieron bajo la protección del Programa de Niños Cubanos del Buró Católico y otras agencias protestantes y hebreas.

“Para desmentir la propaganda: nadie nos secuestró. Nuestros padres tomaron la desgarradora decisión de enviarnos solos al extranjero, de ponernos a salvo de la hecatombe comunista. No hay manera exacta de agradecer el sacrificio de esa generación. Hicieron historia. Nos hicieron libres. Descansen en paz”, afirma Fuentes.

“Nadie puede juzgarlos por haber tomado esa decisión. Yo no creo que, poniéndome en su lugar, habría hecho algo distinto. En absoluto”, dijo a BBC Jorge Finlay, otro de los niños, sobre la difícil decisión de sus padres.

Fueron momentos duros para los menores, separados de sus progenitores. Con los años salieron adelante en su nuevo país y algunos se convirtieron en personajes muy destacados en la comunidad, como el exsenador Melquíades Martínez, el exalcalde de Miami Tomás Regalado, o el conocido cantante Willy Chirino.

Julio Linares