Una lona sustituye el emblemático mural de Amelia Peláez

Texto y foto: María Carla Prieto

Medio millón de CUC había pedido una empresa privada por la restauración del mural de Amelia Peláez

La Habana entera se ha vestido de gala para su aniversario 500, pero el hotel Habana Libre llega a la fiesta con un vestido de imitación. En los últimos días, los transeúntes creen ver en la fachada del emblemático edificio “Las frutas cubanas”, mural de la artista plástica Amelia Peláez, que durante varias décadas recibió a quienes hasta allí llegaban, cuando en realidad están en presencia de una lona.

Las casi 7 millones de piezas de cerámica, provenientes de la ciudad de Murano, en Italia, fueron sustituidas por una tela impresa, en un afán desesperado de cubrir el frente del inmueble, en cemento crudo hasta hace unos días.

Dashell, dependiente de la dulcería de esa instalación hotelera, refiere que las labores de restauración comenzaron tarde, y por ese motivo aún no está rehabilitado del todo. “Según tenemos entendido, es más fácil crear que reparar una obra ya hecha. Lo ideal hubiese sido tener el original, mas la administración no podía permitirse mantener el espacio vacío, y menos teniendo en cuenta nuestro emplazamiento”.

Según los hechos, todo parece indicar que el mural de Amelia nunca más estará. En julio pasado comenzó a desatarse la polémica luego de que varios internautas denunciaran mediante la red social Facebook los malos manejos de la empresa contratada, quienes a decir de muchos “tumbaban a mandarriazos” la pieza. Como parte de la acusación, mostraban parte de los mosaicos, encontrados en las calles adyacentes.

Inmediatamente, el periodista del medio oficialista Radio Rebelde, Alejandro Rojas, desmintió el hecho. Alegaba Rojas que la restauración se realizaba de acuerdo a lo establecido por la Oficina de Patrimonio y el Ministerio de Cultura, accionista principal. Asimismo manifestó: “La información está, solo hay que saber buscarla para no hacernos eco de lo mal informado”.

Sin embargo, el politólogo y jurista cubano Julio César Guanche afirmó haber acudido al lugar y encontrar a los trabajadores barriendo pequeños trozos de la obra, de los cuales recogió cerca de tres libras.

VitroRent y el mural de Amelia

José Luis Suárez, exintegrante de la empresa restauradora privada VitroRent, cuenta a Cubacomenta que hace cerca de 8 años, los directivos del Habana Libre los llamaron para encomendarles la reparación del mural, mas el precio impuesto por los cuentapropistas –medio millón de CUC, cerca de 13 pesos convertibles por pieza- los hicieron prescindir de los servicios. “Nosotros somos todos artistas y teníamos el aval de varias obras ejecutadas con éxito. Pero prefirieron contratar al más barato. Mira las consecuencias”.

Realmente, el trabajo de sustitución está bien hecho, tanto que solo los más observadores advirtieron el embuste. “Si no conoces bien el original no te das cuenta. Yo trabajo como taxista privado y mi ruta termina aquí, sé de la estafa porque vi cuando lo instalaban”.

Aunque aún no se sabe cómo, ni siquiera el fuerte viento del área hace ondear la tela. “Para darte cuenta, debes mirar el estilo de la impresión. La hicieron de manera vertical y en grandes bloques, la autóctona estaba compuesta de piezas pequeñas”, aclara René, transportista de la zona.

“En este país las cosas no son coherentes. A nuestros dirigentes les parece más lógico enfrascarse en la construcción de nuevos hoteles cuando no hay turistas para llenarlos, que mantener presentables los existentes. Así estamos, destruyendo el arte cubano y a nosotros mismos”, sentenció Francisca, vecina de los alrededores.