En el Aeropuerto de Miami, rostros ansiosos se transformaron en sonrisas y lágrimas de alegría cuando, uno tras otro, los cubanos que habían aplicado al programa comenzaron a llegar. "Habíamos perdido las esperanzas, pero gracias a Dios todo salió bien", expresó un ciudadano que aguardaba la llegada de su suegra, cuya solicitud presentada en enero no fue aprobada hasta septiembre.
Si bien es cierto que la lucha legal por el reconocimiento de la I-220A como Parole podría continuar en otros tribunales, incluida la Corte Suprema de Estados Unidos, y eventualmente que quede revertida la decisión de la Junta Superior de Apelaciones de Inmigración de EE. UU. (BIA), no pocos cubanos se muestran aún asustados o preocupados por esta situación.
Esta decisión representa un revés significativo para los cubanos que buscan regularizar su estatus migratorio en los Estados Unidos, pues implica que los cubanos con I-220A no son elegibles para solicitar la residencia permanente o la green card a través de la Ley de Ajuste Cubano.