Las historias de Alianna Laborde y otras víctimas son recordatorios dolorosos de las consecuencias de un sistema de salud en crisis. La pregunta persiste: ¿cuántas más vidas se perderán antes de que se implementen soluciones efectivas?
Este lamentable hecho marcaría el segundo feminicidio registrado en Cuba en lo que va de 2025. El primero ocurrió en Cacocum, provincia de Holguín, donde Elizabeth Ramírez perdió la vida en circunstancias similares.
La reducción en los feminicidios no es motivo de celebración cuando cada caso representa una vida truncada y una falla del sistema en proteger a sus ciudadanos. El caso de Elizabeth Ramírez Fernández es un recordatorio doloroso de que el problema persiste y que el gobierno cubano debe tomar medidas urgentes y efectivas para combatir la violencia machista. Sin una ley integral, refugios y una verdadera voluntad política, los feminicidios seguirán siendo una herida abierta en la sociedad cubana.
La percepción de seguridad en Cuba se ha desmoronado, mientras la ola de violencia sigue creciendo. Ante la falta de respuestas oficiales y medidas concretas, los ciudadanos se sienten cada vez más vulnerables. La seguridad, antes considerada un bastión del sistema, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la población.
El feminicidio sigue siendo una de las mayores crisis sociales en Cuba, con dos nuevos casos reportados recientemente por las plataformas independientes Alas Tensas...
La reciente inclusión de Cuba en las estadísticas de feminicidios de la CEPAL destaca la magnitud del problema. Con una tasa estimada de 1,7 feminicidios por cada 100.000 mujeres, el país se encuentra entre los más peligrosos de la región para las mujeres, detrás de Honduras y República Dominicana.
Dainilis Lobaina Torrell murió presuntamente asesinada a manos de su pareja, Ridelkis Guilarte Castillo por causas que aún no han sido esclarecidas. La joven al morir deja dos hijos huérfanos de madre. Licea no dijo si los menores son hijos del agresor. Este, según la denuncia, se encuentra prófugo de la justicia.
La ciudadanía cubana, en medio de este panorama, exige justicia y seguridad, pero a las fuerzas del régimen solo les interesa castigar y perseguir severamente a los llamados opositores
Tamara Carreras, de 57 años, fue asesinada en pleno centro de la ciudad de Santiago de Cuba anoche. Yanisel Riverón Meriño, residente en una zona de la ciudad conocida como La Quinta, en Holguín, fue brutalmente agredida el pasado 12 de octubre.
Los feminicidios de Yadira Moreira Pernas y Yucleidis Morales no solo aumentan la alarmante cifra de asesinatos por violencia de género en Cuba, sino que también subrayan la necesidad urgente de que el gobierno tome medidas más drásticas y efectivas para prevenir estos crímenes. La creación de un registro de violencia machista, aunque es un avance, no es suficiente si no se implementan cambios estructurales que garanticen la protección de las mujeres en Cuba y se aborden las raíces profundas de esta problemática social. Las vidas de estas mujeres, y las de muchas otras, dependen de una acción inmediata y contundente.
El caso de Yadira se suma a una serie de feminicidios cometidos por reclusos que salen de prisión bajo permisos temporales. Ya en otros casos, como el de Roilán Orjales, un hombre que también fue liberado tras cumplir parcialmente su condena, se ha repetido este ciclo de violencia. Orjales asesinó a una joven en Madruga en junio de 2024, a pesar de haber estado encarcelado por el homicidio de otra mujer años atrás.
Para Maritza Infante mucho Aché, y que "su muerte" sirva como experiencia futura en el trabajo de la información para todos los periodistas, activistas, influencers y comunicadores.
El caso de esta joven camagüeyana no es un incidente aislado. En los últimos años, los feminicidios han aumentado de manera alarmante en Cuba, mientras las autoridades parecen no tener respuestas efectivas para detener esta ola de violencia.