Para Maritza Infante mucho Aché, y que "su muerte" sirva como experiencia futura en el trabajo de la información para todos los periodistas, activistas, influencers y comunicadores.
El caso de esta joven camagüeyana no es un incidente aislado. En los últimos años, los feminicidios han aumentado de manera alarmante en Cuba, mientras las autoridades parecen no tener respuestas efectivas para detener esta ola de violencia.
El caso de Isabel Rojas Aguilera fue dado a conocer por Cuballama el 18 de septiembre, señalando que fue asesinada en Camagüey por su expareja, Alexis Fernández González, de 46 años.
Hasta que no se aborden las raíces de esta violencia, incluyendo la violencia de estado, es improbable que se vea una mejora en la situación de las mujeres en Cuba. Los feminicidios, lamentablemente, seguirán ocurriendo.
Las funcionarias dijeron que "el lema es ‘Tolerancia Cero’"; agraron que están "estudiando las causas de este aumento"; y dijeron que "la tarea más importante en estos momentos es empoderar a las mujeres”.
Se espera que esta iniciativa no sea solo una respuesta superficial a las presiones internas y externas, sino un verdadero avance hacia la erradicación de la violencia de género en la isla.
El caso de Vanelis Macola y la condena de Liván Reinaldo Mora Pérez subrayan la urgente necesidad de una respuesta más robusta y efectiva del sistema judicial cubano para proteger a las mujeres y garantizar justicia para las víctimas de violencia de género.
Cuatro de los últimos cinco casos conocidos en los que una mujer en Cuba ha muerto a manos de un hombre, el sujeto victimario tenía antecedentes de violencia machista
Hasta el momento se han confirmado 22 crímenes feminicidas en la isla, que han sido publicados por medios de prensa, ciudadanía y activistas, y verificados con fuentes comunitarias por el esfuerzo conjunto del Observatorio de Alas Tensas (OGAT) y YosíTeCreo en Cuba (YSTCC).
La lucha contra la violencia de género en Cuba continúa siendo una batalla crucial. La captura de Yunier Figueredo Almaguer envía un mensaje claro de que la impunidad no será tolerada, y que la justicia, aunque a veces demore, llegará para quienes han sufrido a manos de la violencia machista. La comunidad sigue demandando justicia para todas las víctimas y medidas más efectivas para prevenir estos trágicos eventos.
Este caso particular ha destacado no solo la tragedia personal y familiar que representan estos actos, sino también la importancia del activismo en la lucha por los derechos humanos y la justicia social en contextos de represión y negligencia institucional.
En un contexto donde la violencia contra las mujeres jóvenes se ha hecho especialmente patente, con 38 víctimas detectadas entre los 15 y 35 años, se hace evidente la necesidad de una estrategia integral.