Los femicidas y feminicidas en Cuba están sueltos en la calle con la ayuda del Estado, que los libera sin un protocolo de segumiento. Hay denuncias de mujeres que se sienten amenazadas, con peligro de muerte.
Cuatro de los últimos cinco casos conocidos en los que una mujer en Cuba ha muerto a manos de un hombre, el sujeto victimario tenía antecedentes de violencia machista, agravados en unos casos más que en otros. Sin embargo, «andaban sueltos», sin seguimiento ni protocolo alguno.
Adrían Cruz Hidalgo, el feminicida que el pasado mes de mayo asesinó a su ex pareja, con la cual convivía, guiado por rumores de que esta «le era infiel» con el bodeguero de la esquina, había cumplido una condena previa, bastante laxa por cierto – las fuentes hablan de que solo estuvo seis años en la cárcel – por asesinar a una mujer aún por identificar, en la barriada de Pueblo Griffo, en la provincia de Cienfuegos.
Posterior a su salida de la cárcel, agredió a otra mujer, la que incluso debió ser llevada al hospital. Fue detenido, liberado, y en espera de juicio agredió a la que años después terminaría asesinando – Ailén Tartabull – motivo por el cual fue encarcelado. Aunque esta última retiró los cargos, los sucesos relacionados con la primera lo llevaron a cumplir una condena, aún por precisar, pero que las fuentes coinciden en señalar fue cosa de dos o tres años.
También había asesinado a una joven de 16 años, previo secuestro e intento de asesinato tres meses antes, Roylán Orjales; motivo por el cual fue condenado a 30 años de cárcel, de los cuales apenas cumplió 12 – dicen – para luego, a inicios de junio de este año, asesinar en Madruga a una joven con la cual sostenía relaciones.
Al respecto de este hecho señalaba en días pasados la plataforma YoSiTeCreo:
«Las leyes en Cuba siguen sin tener un adecuado enfoque ante problemas como las violencias de género y de otro tipo, que requieren abordajes integrales y de prevención. Medidas como terapias obligatorias y dictámenes psicológicos (previas a otorgar una libertad condicional) no están consideradas en los sistemas judiciales ni penitenciarios, de hecho, en el país se carece de recursos y protocolos establecidos de atención a agresores.
Como evidencia este y otros casos, no existe un enfoque adecuado en los Protocolos de Atención a Personas del Régimen Penitenciario, que en los casos de violencia de género deben ser específicos por las características de este tipo de maltrato.
El Código Penal (2022) estipula condiciones muy subjetivas para el otorgamiento de la libertad condicional:
“Artículo 89.1. El tribunal puede disponer la libertad condicional del sancionado a privación temporal de libertad o trabajo correccional con internamiento si, apreciando sus condiciones individuales y su comportamiento durante el tiempo de reclusión, existen razones fundadas para considerar que se ha enmendado y que los fines de la sanción se han alcanzado sin necesidad de ejecutarse totalmente la misma; de conformidad con lo establecido en la ley.
“2. El tribunal, de manera excepcional, cuando se trate de delitos contra la seguridad del Estado, terrorismo, los vinculados a la corrupción administrativa y económica, a las drogas ilícitas u otras sustancias de efectos similares o a la delincuencia organizada, contra la vida y en aquellos otros que su lesividad social lo justifique; puede fijar en la sentencia que el sancionado extinga dos tercios o más de la sanción de privación temporal de libertad impuesta, como requisito para valorar la concesión de la libertad condicional.”
Y concluía afirmando: «Son inexplicables estas carencias a día de hoy.»
Carlos Rodríguez Cruz, alias el Burro, asesinó el pasado domingo a Yunaisy Bruzon Almaguer, de 54 años, quien fue apuñalada mortalmente y abusada sexualmente, por este hombre que, aseguran, «se la llevó para su casa», en lo que parece ser un caso de secuestro, aunque la página oficialista Cazador-Cazado divulgó una versión distinta del hecho. Dijo que entre ambos existía una relación.
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Las fuentes señalan que «El Burro», días antes había violado y asesinado a una anciana. Lo soltaron y asesinó a Bruzón.
Su «historial» no termina ahí. Las mismas fuentes señalan que «hace un tiempo», secuestró a una mujer varios días; y que incluso, intentó violar a su madre. Lo definen como una persona «que tiene problemas», pero ESTA SUELTO (o lo estaba).
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada daba a conocer que una joven de 24 años, Tatiana Alcolea, recibió una cortadura en el rostro de parte de Carlos Manuel Correa Leyva. Ambos sostenían una relación sentimental.
Según los testimonios vertidos por Mayeta en dos posts y comentarios vistos en los mismos, Carlos Manuel Correa Leyva está casado con otra mujer, siendo Tatiana su amante. Los comentaristas no identificaron a su esposa, pero no hay dudas de que es una mujer que vive en peligro, dada su cercanía con un hombre que, según testimonios recogidos por Mayeta, macheteó hace ya algunos años, un 30 de diciembre, a una mujer identificada como «Yaima», madre de dos hijos.
Los hechos, describe Mayeta, ocurrieron delante de los dos niños. Yaima posteriormente retiraría la acusación, y Correa «cumplió solo algunos años».
El periodista hizo un llamado a las autoridades a sancionar severamente estos delitos.
«(…) personas como este señor, reincidente por demás y agresor de mujeres, no debe estar suelto en la calle. Aunque las víctimas retiren las denuncias, en muchas ocasiones por amenazas de él y sus familiares, ustedes deberían de sancionar con rigurosidad estos lamentables «Hechos de Sangre»,» dijo el comunicador.