El escenario se encontraba en la provincia de Ciego de Ávila, con una alta cantidad de espectadores, y desde los altavoces resonaba el contagioso estribillo de "Habla matador".
Yamil Jaled, a quien le sobrevivió su esposa y una hija pequeña, era uno de los jóvenes galanes más populares de la televisión, el cine y el teatro cubanos.