“Se solicitan bailarines de piel blanca”

Sin precisar el nombre de la compañía o empresa, un cartel causa asombro entre los habaneros: se buscan bailarines de danza moderna, pero de piel blanca

Un anuncio peculiar puede encontrarse en varias paradas de guaguas de la capital. “Se solicitan bailarines de danza moderna de ambos sexos que cumplan con los siguientes requisitos: Ser mayor de 18 años, Tener la piel blanca, Tener vínculo laboral, Ser graduado de danza o especialidad afín, y Estar dispuesto a viajar al exterior“, dice el cartel.

Desafortunadamente este hecho, en apariencia aislado, es un patrón de selección bastante común en el plano danzario.

Los negros cubanos, quienes tenían reducidas sus posibilidades en el ballet clásico, recurrían a la danza popular como refugio. En estos momentos, al parecer también en esta rama ha sus condiciones.

Según Jorge, un viaje es el sueño de todo bailarín. “Incluso se crean grupos solo con el objetivo de audicionar. Así me pasó con la última compañía en la que estuve, sin nombre ni trayectoria, solo para irnos. Nos juntamos, montamos el número y a la hora de la salida, los más prietos nos quedamos en tierra”, narra.

“Los directores te hablan de criterios de selección, basándose en tu velocidad para aprenderte la coreografía o los años de permanencia en el grupo, pero el recién llegado puede montarse en el avión y tú te quedas”.

“No se trata de racismo ni mucho menos”

Olga, quien es la persona de contacto en el referido cartel, no quiere tampoco jóvenes negros en su agrupación. “No se trata de racismo ni mucho menos; el cliente –ruso- nos pide un prototipo de aspirante, capaz de llevar un espectáculo cubano y amoldarlo a la escena cultural de su país, donde las personas tienen la piel muy clara, por lo cual me pidió expresamente talentos blancos. ¿Qué hago? No puedo rechazar una propuesta así, mi deber es acatar las condiciones”.

A Ariamna, bailarina negra del Cabaret Tropicana, esto parece no importarle, incluso lo entiende: “En China, por ejemplo, quieren rubias. El director del grupo muchas veces no tiene voz, quien contrata decide. Uno muchas veces ve un problema discriminatorio, pero si en el país el color sencillamente no camina, ya está. Nadie monta un negocio para arruinarse y las decisiones de los managers del futuro lugar de trabajo se basan en sus estudios de público, no es nada personal”.

¿Quiénes deciden aquí? En nuestra isla tampoco se valoran solo las aptitudes. El Cabaret Parisién y el mismo Tropicana son ejemplos vivos. Para formar parte de esta plantilla, debes medir más de 1.80 metros y tener un físico atractivo; otra vez, la apariencia se impone sobre las aptitudes de quienes danzan.

Jesús lleva muchos años fuera de Cuba. Como muchos, se fue formando parte de un espectáculo musical presentado en Turquía: “Salí varias veces, siempre de la misma manera. Mi primer grupo estaba compuesto por 14 personas, de las cuales solo tres eran blancas. Ya en las próximas ocasiones eso cambió hasta quedar solo yo, bailando en una compañía de extranjeros”.

Aunque no niega las presiones de directores y managers foráneos con el tema del color de la piel, recuerda con amargura las veces que, por pertenecer a la raza negra o por su endeble condición física, los coreógrafos criollos le cerraron las puertas.

“El racismo sí existe. Se busca mucho la apariencia y las bailarinas negras se ven obligadas a ponerse un buen implante de pelo; es necesario ser rubio, alto, se fijan en los senos y te excluyen por una peca fuera de lugar. En el plano personal, sufrí muchísimo esa situación estando allá”, cuenta Jesús.

Como él, Kenny lo sabe bien. Proveniente de un pueblo de campo y habiendo conseguido un puesto en la prestigiosa agrupación danzaria Habana Queen, se vio de pronto en Antalya (Turquía).

Ya en el hotel donde vive, se dio cuenta de la situación discriminatoria. Mestizo muy claro, era “el otro” del grupo: “Allí no quieren negros; ni siquiera mulatos y las compañías cubanas lo saben, por eso sacan muchos blancos y mezclan dos un poco más negros. Desgraciadamente, la imagen de mezcla que exhibimos oscila entre los tonos más claros de piel”.

Texto y foto: María Carla Prieto