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El legendario pitcher cubano, Braudilio Vinent Serrano, agradeció a través de las cámaras a los cientos y miles de personas que se manifestaron en días pasados preocupados por la salud de quien por muchos – y por mucho – es considerado uno de los tres pitchers cubanos más grande de todos los tiempos.

Conocido como “El Meteoro de la Maya”, Vinent mostró el mejor de su semblante y dijo que se ha recuperado bastante rápido, instantes antes de bromear con una frase: “pasé por un lugar ahí donde pensé que no regresaba”.

“Pero ya estoy aquí de nuevo”, aseguró el as del montículo al diario Swing Completo.

Vinent se encuentra en estos momentos recuperándose en la Sala de Servicios de Cuidados Especiales, del Hospital Provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba. Allí fue recluido tras sufrir una retención urinaria de la cual, “el Meteoro de la Maya” se recuperó como cualquiera de los pocos momentos malos que tuvo en su carrera deportiva mientras se trepó a los montículos.

Vinent, aseguró al colega Yordanis Blanco Calderin, corresponsal de la emisora provincial CMKC, que a pesar de su condición “aún queda Braudilio para rato”.

Conocido por ser la principal carta de triunfo del pitcheo cubano durante muchos años entre los años 1970 y 1980 fundamentalmente, sus anécdotas sobre el box y fuera de este como pitcher se cuentan todavía de boca en boca de los fanáticos; como aquella ocurrida durante el Campeonato Mundial de Béisbol en Japón 1980 cuando con la bola en la mano, le dijo a los jugadores de su equipo, entre los que se encontraba el mítico Gigante del Escambray, Antonio Muñoz, que él solo necesitaba que le hicieran una carrera a los japoneses para poder ganar aquel juego. Carrera que finalmente fabricó el gigante con jonrón.

El propio Muñoz, en entrevista concedida a este redactor contó que, a la altura del séptimo inning, y con el juego empatado a 0 carreras por bando, Vinent se acercó a él y a Pedro Jova y les dijo: “Oigan, háganle una carrera al pitcher este porque si no, aquí vamos a estar jugando pelota hasta mañana“.

Del propio Braudilio contó Muñoz otra anécdota muy jocosa en la mencionada entrevista:

Se me apareció un día por la noche en mi casa, creo que con Modesto Larduet y Antonio Pacheco. Nos pusimos a jugar dominó y a tomar y eso. El juego era al otro día, por el mediodía. Salió de allí en cuatro patas. De lejos, ya cuando me lo llevaba en mi carro, tardísimo, le gritó a mi ex mujer: “Lucy, me voy borracho, pero mañana me voy a trepar. Y a este – dijo señalando a Muñoz – lo considero, por lo que le espera”.

Con la nota que él tenía – explica Muñoz -, yo dije para dentro de mí: qué va, este no pichea mañana. ¿No pichea? ¡Nueve ceros nos metió! Vinent, sin dudas, para mí ha sido el mejor pitcher que ha tenido Cuba y te voy a decir por qué. Le picheaba a los mejores equipos en Cuba y ganaba, y le picheaba a los mejores equipos afuera y ganaba también. Vinent era un cinchete contra los americanos, los japoneses y los de China Taipei. No perdía.

El propio Vinent, “Bayiyo” para sus más allegados, en viaje que realizara junto a este redactor desde Tampa a la ciudad de Miami en compañía del colega Yasel Porto corroboró, entre risas, ambas anécdotas.

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