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Cuba

Avión cubano secuestrado en 2003 pudiera volverse un arrecife

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Muchos años después, un avión cubano secuestrado pudiera ser usado como arrecife artificial en Estados Unidos.

El avión cubano secuestrado en 2003 por un hombre con una granada de mano y que fue conducido a Cayo Hueso tras una estancia en La Habana, pudiera terminar bajo el agua y convertirse en un refugio artificial para animales o una atracción para el buceo, indica una información de EFE replicada por diversos medios.

La aeronave, un viejo Antonov 24 de fabricación rusa, molesta porque ocupa espacio en el aeropuerto de Cayo Hueso y no tiene valor ni como chatarra, pero sí entra en los planes de una empresa líder en la construcción de arrecifes artificiales.

Joe Weatherby, jefe de proyectos de Artificial Reefs International (ARI), dijo a la agencia española que hay interés de varios clientes en emplear el avión cubano secuestrado el 31 de marzo de 2003 para sumergirlo y crear un refugio marino.



Esa noche de 2003, un hombre raptó el Antonov 24 con 46 personas a bordo, que volaba entre la Isla de Juventud y La Habana, para desviarlo a Estados Unidos, pero ante la falta de combustible hizo un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto José Martí.

Tras permanecer allí por 14 horas, fueron liberados poco más de 20 pasajeros y partieron hacia Cayo Hueso, lugar en donde aterrizaron finalmente el 1 de abril de 2003.

“De los 25 pasajeros y 6 tripulantes que seguían a bordo, 15 solicitaron asilo político en Estados Unidos, mientras que el resto regresó a su país”, reseñaban entonces algunos medios.

Efe reseña que se ha intentado vender antes, pero que han existido dificultades con papeles provenientes de Cuba, aunque Joe Weatherby está esperanzado con que podrá completar el proyecto en esta ocasión y que el Antonov acabará dando amparo a animales marinos o como “una diversión para buceadores en algún lago de Florida o de otro estado”, pero no en agua salada, porque tiene aluminio que no es resistente en ese medio.

El rapto de dicha aeronave ocurrió pocos días después de que el 19 de marzo un DC-3 Aerotaxi de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos -de la misma ruta- fue desviado hacia Cayo Hueso por seis cubanos armados con cuchillos, con 31 pasajeros, 5 tripulantes y un escolta.

Los medios reportaban entonces también que cinco de los ocho cubanos que intentaron secuestrar un avión de pasajeros el 10 de abril fueron sentenciados a cadena perpetua, mientras los restantes recibieron penas de 20, 25 y 30 años de cárcel por cargos de terrorismo y robo con violencia, aunque ese tercer suceso no llegó a completarse como los dos primeros.

Julio Linares

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