El morbo por lo desconocido y “el invento” del cubano ante la precariedad han hecho que las estadísticas de accidentes por introducción de objetos extraños en el ano no deje de crecer. Y aunque es un dato que solo se maneja a nivel de chisme, se sabe que los casos más frecuentes involucran pomos de desodorantes, pero también palos de escoba bien limados y hasta yucas peladas.
Tampoco los músicos han hecho declaraciones abiertas en sus redes sociales. Ha primado el respeto, pero no deja de ser cierto que la idea de volver a escuchar el “yo nací Orishas” de los tres cantantes, se vuelve cada vez más utópica.