Fue precisamente en Australia donde ocurrió el último de los ataques mortales de tiburones documentados, e involucró la muerte de una adolescente en la ciudad de Perth, en el oeste de Australia.
Según confirmaron expertos del Museo Marino de Calvert en la Isla de Salomón, lo que Molly Sampson encontró en el Parque Estatal Calvert Cliffs fue un diente de tiburón Megalodon; una especie que habitó en los mares hace millones de años.