Varios hechos reportados a través de las redes sociales enlutaron - enlutan - a decenas de familiares y amigos de víctimas que, en la mayoría de los casos, dejaron no a decenas, sino a cientos de personas consternadas.
En un país donde hablar de salud mental sigue siendo tabú en muchos entornos, estas tragedias reabren una conversación que no puede seguir postergándose. Hoy, cientos de personas lloran a dos jóvenes que se fueron demasiado pronto, en circunstancias que nadie logra entender del todo, pero que muchos coinciden en llamar por su nombre: devastación.