Aunque no se presenten en las plataformas “autorizadas” de la Isla, estarán en las listas de reproducción, en los reproductores, en los audífonos, en las memorias flash y los discos duros, en los automóviles que circulan por todas las ciudades cubanas, en los bicitaxis. En las cabezas de los cubanos.
La década de los 90 fue un período marcado por mucha furia musical, y aunque significó la continuidad de lo que se venía haciendo en los 80, en aquellos años se sentaron las bases para el surgimiento de nuevos géneros.