A pesar del estigma que aún puede rodear a OnlyFans, la historia de de Matteo destaca cómo las circunstancias difíciles pueden llevar a decisiones audaces y potencialmente transformadoras.
CRF adquirió gradualmente una deuda soberana cubana de unos 1.300 millones de dólares, de los cuales ahora reclama unos 78 millones de dólares en préstamos contraídos por el BNC en 1984 con los bancos europeos Crédit Lyonnais Bank Nederland e Istituto Bancario Italiano.
El juicio terminó la semana pasada, pero todavia persisten los ecos del mismo. La decisión de la jueza podría marcar el destino de millones de cubanos, que sin comerla ni beberla, viven a merced de corruptos e ineptos dirigentes, que se presentaron en Londres con argumentos "pasados de época", sí, pero que en teoría pusieron a la jueza a pensar sobre su decisión.
El gobierno de Cuba considera que el testimonio brindado vía remota por un exfuncionario del Banco Nacional de Cuba encarcelado en la isla, y su mea culpa, pudiera ser la carta que les salve.
Es precisamente los impagos, el punto clave en toda esta historia. La nación caribeña tiene un larguísimo pedigree no solo como mala acreedora, sino como nación reacia a lograr acuerdos de reestructuración de su deuda.
CRF1 solo demanda a Cuba por solo dos de los préstamos superiores a los 70 millones de dólares, pero una victoria en la Alta Corte podría dar lugar a más juicios de otros tenedores de deuda, con reclamos contra Cuba ascendentes a miles de millones de dólares.
La directiva del BCC no menciona que una de las entidades demandantes es la filial londinense del estatal Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), en representación de algunos de sus clientes acreedores de deuda cubana.
De acuerdo con documentos judiciales, la jugada de los representantes del gobierno cubano ante los tribunales de Reino Unido fue acusar al fondo de inversión con sede en Islas Caimán de haber pagado sobornos al director de Operaciones del BNC, Raúl Olivera Lozano.