La jueza Sara Cockerill dictaminó en una audiencia celebrada este 4 de abril que el Estado de Cuba quede fuera del pleito interpuesto en Londres por el grupo de acreedores CRF I Limited, antaño conocido como Fondo de Recuperación de Cuba, aunque el juicio por una deuda adquirida a inicio de los años 80’s seguirá en contra del Banco Nacional de Cuba (BNC).
“De acuerdo con la sentencia notificada esta mañana, CRF no es acreedor del Estado cubano, lo que significa que la República de Cuba queda fuera del pleito. En lo adelante el proceso continuará solamente contra el Banco Nacional de Cuba, quien tendrá derecho a establecer las reclamaciones que le permite la ley inglesa”, informó el vocero oficialista Humberto López.
El también abogado, que viajó a la capital británica como parte del equipo legal enviado por el Gobierno de Cuba para las audiencias, precisó que el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales ya notificó a los abogados de las partes que desestimaba la pretensión de CRF contra el Estado cubano.
“La resolución judicial confirmó que las irregularidades cometidas por los funcionarios del BNC, primero sujetas a investigación penal y luego a sentencia judicial, eran motivo razonable para que el gobierno cubano negó su consentimiento para ceder la deuda a favor de CRF”, resume López.
De acuerdo con la sentencia de Cockerill, CRF queda como un extraño en los instrumentos financieros que reclamaba contra Cuba porque no tenía derecho a establecer la reclamación en Londres. “La República de Cuba es, por tanto, inmune a la jurisdicción inglesa y no tiene obligación de responder con su patrimonio a esta pretensión”, concluye López.
El objetivo central del proceso judicial era determinar si el tribunal inglés era competente para conocer la reclamación de CRF como acreedor del BNC y de la República de Cuba. Y la jueza ya dejó claro que no.
En febrero pasado tuvieron lugar las mencionadas audiencias, siete días marcados por protestas caóticas, una acusación de soborno y el testimonio remoto de un banquero cubano encarcelado: denuncias de cubanos y protestas políticas en las calles. Tanto interés despertó el juicio, que la jueza ordenó habilitar una segunda sala del tribunal, para que la audiencia siguiera las incidencias a través de un monitor.
El CRF demandaba al Estado cubano y al Banco Nacional de Cuba por decenas de millones de dólares en préstamos comerciales impagos de los años 80’s del pasado siglo: las deudas son tan antiguas que incluyen denominaciones en marcos alemanes, una moneda reemplazada por el euro desde 2002.
Los representantes del fondo insistieron ante la jueza que su interés nunca fue litigar, pero que fueron a cortes como un “último recurso” ante las negativas de La Habana a negociar. “Para CRF, los litigios no son atractivos: son lentos, costosos, requiere mucho tiempo. Pero si es la única forma de llevar a la otra parte a la mesa, entonces tienes que seguir ese camino”, dijo el presidente del fondo, David Charters.
La defensa cubana argumenta que la deuda no fue transferida o “reasignada” legalmente a CFR, fondo registrado en las Islas Caimán, y apeló a aspectos técnicos para demostrar que dicha entidad no tiene el derecho a demandar a la isla. Además, un exfuncionario del BNC preso en Cuba, Raúl Olivera Lozano, declaró en videoconferencia que el representante de CFR prometió pagarle a cambio de avalar la transferencia de la deuda.
CRF solo demanda a Cuba por dos de los préstamos superiores a los 70 millones de dólares, pero una victoria en la Alta Corte podría dar lugar a más juicios de otros tenedores de deuda, con reclamos contra Cuba ascendentes a miles de millones de dólares.