Las acciones del régimen cubano reflejan una desconexión entre las prioridades gubernamentales y las necesidades reales de la población. La modernización de sistemas militares obsoletos y la construcción de hoteles de lujo en un país con una economía en crisis y un turismo en declive evidencian una gestión de recursos que prioriza la imagen y el control sobre el bienestar de los ciudadanos.
Sin embargo, lo que ningún boletín oficial menciona es que los contenedores no sustituyen una economía funcional. Que los donativos no arreglan la infraestructura colapsada ni devuelven la confianza a los ciudadanos que se lanzan al mar o cruzan selvas buscando un futuro que en su isla ya no ven posible. Que se puede aplaudir la solidaridad internacional, pero no usarla como coartada para evitar el verdadero debate: ¿cuándo comenzará Cuba a sostenerse por sí misma?
Según los migrantes, alguien les prometió ayuda para cruzar la frontera, probablemente a cambio de dinero. Lograron entrar a Polonia, pero el vehículo que supuestamente los esperaba nunca llegó. Cuando salieron en busca de comida y agua, la policía polaca los capturó y los devolvió al bosque, forzándolos a regresar al lado bielorruso, señala además el mismo medio.