Crece la importación de pollo de los Estados Unidos mientras disminuyen los médicos en Cuba
A pesar de que parezcan dos temas no relacionados entre sí, la situación en Cuba está tomando un rumbo preocupante. Si antes se cambiaba en Cuba el pollo por pescado, con la desaparición del pescado de las costas cubanas – según funcionarios de la industria alimenticia cubana – la realidad, no el Ministerio de Comercio Interior, nos da en las narices. La isla que otrora blasonaba de ser una potencia médica, perdió 12 mil médicos el año pasado, mientras, poco a poco, nos volvimos «pollodependientes» de los Estados Unidos.
Sarcasmos aparte, la reciente revelación hecha por el economista cubano Pedro Monreal en Twitter, sobre el aumento de las importaciones de pollo estadounidense a Cuba, nos indica que el bloqueo puede ser apenas una excusa del gobierno cubano para justificar ciertos males. ¿Si pueden comprar pollo, por qué no pueden comprar otras cosas?
La respuesta pudiera no ser «el bloqueo», sino la falta de liquidez financiera; la poca confianza hacia su sistema bancario, cada vez más endeudado, más allá de las 11 mil vírgenes, y con un largo historial de no pagar las deudas crediticias; un mal heredado de las malas enseñanzas del llamado Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Historias a un lado, la verdad es monda y lironda. Las compras de pollo por parte de Cuba a los Estados Unidos han experimentado un aumento notable en los últimos meses, evidenciando una creciente dependencia de este alimento proveniente de los Estados Unidos. Según informes recientes, en junio de 2023, se importaron 27,631 toneladas de carne de pollo, con un valor de 32.84 millones de dólares, marcando un aumento significativo en comparación con el mes anterior.
Se acabó el pollo… y se acaban los médicos
Mientras Cuba se abastece de pollo estadounidense, otro problema apremiante se agrava en la isla. En el año 2022, se reportó la salida de 12 mil médicos del sistema nacional de salud cubano, dejando un vacío alarmante en la atención médica del país.
Este éxodo de profesionales de la salud, sumado a la crisis económica y las dificultades en el sistema de salud, pone en riesgo la atención médica en Cuba, señala el portal Cibercuba, según datos tomados de la ONEI (también).
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Un dato no verificado, pero muy, muy probable, es que entre esos 12 mil médicos de baja del sistema nacional de salud cubano, algunos hayan ido a recalar a tierras norteñas. ¿Alguien duda que entre los 300 mil cubanos llegados a los Estados Unidos en los últimos dos años, no hayan cientos de médicos cubanos? ¿Enfermeros? La fuga de profesionales de la rama médica en la isla, hacia Estados Unidos y Europa es un hecho no muy documentado, pero conocido; pero volvamos al pollo del arroz con pollo…
La combinación de estas dos situaciones, la creciente importación de pollo y la salida de médicos, plantea interrogantes sobre las prioridades y desafíos que enfrenta Cuba en estos tiempos difíciles. Mientras el país recibe cantidades significativas de pollo de Estados Unidos, la falta de médicos en el sistema de salud nacional es una realidad preocupante. La población cubana enfrenta una disminución en la atención médica disponible, y esto se suma a la compleja situación económica y alimentaria que atraviesa la isla.
La dependencia de las importaciones de alimentos, como el pollo, y la reducción en la fuerza médica del país son dos aspectos que merecen una atención profunda. Las decisiones y acciones tomadas en estos ámbitos tendrán un impacto directo en la vida y el bienestar de los cubanos. La crisis actual requiere soluciones integrales que aborden tanto las necesidades alimentarias como las de atención médica, para asegurar un futuro más estable y saludable para la población de Cuba.
Algo que pudiera lograrse -más llegada de pollo a Cuba y disminución del deseo migratorio de los galenos cubanos- si la clase dominante en el poder en la isla, acaba de reconocer su ineficacia y se larga, rumbo a Isla Margarita, o a pernoctar en la Plaza Roja de Moscú.
O a acampar, per saecula saeculorum en el Damavand, la montaña más alta y el pico volcánico de Irán.
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