Las provincias orientales de Cuba, Santiago de Cuba y Guantánamo, han enfrentado recientemente severas inundaciones y daños estructurales debido a intensas lluvias y tormentas eléctricas. Estas condiciones climáticas han dejado a miles de residentes en situaciones precarias, con acumulados de lluvia superiores a 50 milímetros en 44 localidades y cifras que superan los 100 milímetros en ciertos poblados.
En Santiago de Cuba, aproximadamente 17.689 personas tuvieron que ser evacuadas, principalmente aquellas que residían cerca de ríos o en zonas propensas a inundaciones. Además, se reportaron 26 asentamientos incomunicados y múltiples interrupciones en el servicio eléctrico, con 143 de 244 cortes aún pendientes de solución. La penetración del mar también dañó 300 metros de carreteras.
En Guantánamo, las lluvias han provocado inundaciones en varias comunidades del interior, dejando numerosas viviendas sumergidas bajo el agua. Se registraron precipitaciones promedio de 52.3 milímetros cúbicos de lluvia sobre la provincia, afectando especialmente a municipios como San Antonio del Sur y Caimanera. Además, se produjeron 16 fallas eléctricas complejas en la zona.
Las lluvias también han generado un fenómeno inusual en la región: la formación de cascadas en áreas normalmente secas. Estas imágenes impresionantes de cascadas en los municipios de San Antonio del Sur e Imías han sido difundidas por periodistas locales, mostrando la transformación del paisaje en la región.
El Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil declaró la fase de normalidad en el oriente de Cuba tras el paso de la depresión tropical número 22. A pesar de las severas inundaciones, especialmente en Caimanera, el Centro Nacional de Huracanes descartó la posibilidad de que la depresión se convirtiera en tormenta tropical.
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