La existencia entre Polonia y Belarús de una barrera de acero de 5,5 metros de altura de Polonia, similar al muro «levantado» por el expresidente estadounidense Donald Trump, para frenar el ingreso a la Unión Europea de la inmigración ilegal; la existencia de otra, construída en Hungría por el gobierno nacionalista a raíz de la crisis migratoria de 2015, básicamente para detener la migración desde Serbia; y por qué no, la existencia de las tropas guardafronteras cubanas, no frena el deseo migratorio de los cubanos.
El muro levantado entre Polonia y Belarus, «que se extiende unos 187 kilómetros (116 millas) y que estará equipado con sensores de movimiento y cámaras, puede no ser suficiente para detener el flujo constante de personas que intentan cruzar a Polonia con la esperanza de una vida mejor.»
Así lo señala la agencia Reuters, que entrevista a un matrimonio cubano – Joel y Lisa – quienes afortunadamente «lograron escalar la barrera durante la noche, llegando desde Rusia,» informa la agencia, país al que llegaron «con una visa de estudiante en abril de 2021 mientras luchaban por alimentar a su familia en casa.»
Señala Reuters que los cubanos «encontraron – otra suerte – trabajo en una sastrería en la ciudad de Ivanova pero como la situación política en Rusia se tensaba a causa de la guerra en Ucrania, decidieron emprender el largo viaje a España vía Bielorrusia y Polonia, para reunirse con sus familiares.»
«Es muy difícil [cruzar], pero cuando te propones algo en la vida y dejas atrás a personas que confían en ti y en tu sacrificio, debes hacer lo mejor que puedas», dijo Lisa.
Reuters añade que los tres hijos de la pareja, se quedaron en Cuba.
A encontronazos y tiros, con los guardacostas
Recientemente la isla informó de «una serie de tiroteos entre traficantes de migrantes y las fuerzas armadas cubanas», lo que según el portal Insight Crime, «sugiere que los grupos del crimen organizado pueden estar cambiando sus tácticas de contrabando de personas entre la isla caribeña y los Estados Unidos.»
Al menos dos enfrentamientos entre tripulaciones de lanchas rápidas que venían de Estados Unidos para recoger a migrantes cubanos y patrullas fronterizas, fueron informados el día 28 de junio.
El portal añade:
«Adicionalmente, 13 lanchas rápidas han sido interceptadas en lo que va del año.»
Los encontronazos entre los cubanos migrantes y lancheros, con la Guardia Costera cubana dejaron ya un muerto, cuando el día 18 de junio, en la mañana, una embarcación de los guardacostas cubanos «mató a tiros a un presunto contrabandista luego de ser atacado a balazos desde una lancha rápida que transportaba migrantes hacia Estados Unidos,» según las autoridades cubanas.
France24 amplió este suceso y dijo:
«El barco se hundió y nueve personas siguen desaparecidas.»
Ni barreras de acero de 5,5 metros de alto, ni más lanchas guardacostas patrullando las fronteras de Cuba parecen frenar el deseo de los cubanos de escapar de un país en crisis.
El pasado 16 de junio, el portal Havana Times publicaba un artículo titulado «Vivir en Cuba, una crónica surrealista de la pospandemia», que explica con lujos de detalles los motivos que pudieran tener otros cientos, miles de Joel y Lisa para escapar de la isla.
Ahí están, aunque no todas, me temo, las causas que impulsaron a un grupo de cubanos que fueron detenidos ayer lunes en México, en el municipio de Acajete, Puebla.
Formaban parte de un grupo de 80 migrantes que transitaban de manera irregular por ese país con la mira puesta en los Estados Unidos. Junto a los cubanos, habían migrantes de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
El pasado viernes partió de Tapachula hacia Estados Unidos, otra caravana de migrantes. En el grupo viaja una familia de cubanos. Entrevistados por la agencia Reuters, uno de los integrantes, el migrante Samuel Ventura, dijo que huían de la «dictadura asfixiante y asesina de Castro-Canel».
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