La Torre de San Juan Evangelista, uno de los monumentos más emblemáticos de Bayamo, se encuentra en un estado alarmante de abandono, generando preocupación entre los ciudadanos y defensores del patrimonio histórico.
Este monumento, que data del siglo XVIII, fue parte de la iglesia de San Juan Evangelista y posteriormente sirvió como pórtico del primer cementerio a cielo abierto en Cuba, inaugurado en 1798. En su interior descansaron por primera vez en suelo cubano los restos del prócer independentista Francisco Vicente Aguilera, repatriados en 1911 desde Nueva York.
Recientemente, el comunicador y creador digital Arnoldo Fernández denunció en redes sociales el deplorable estado de la torre, describiéndola como un lugar convertido en basurero, con presencia de excrementos, objetos rotos y bolsas de desperdicios. Fernández ya había alertado sobre esta situación en enero, pero, según sus palabras, «cuatro meses después, la situación ha empeorado», denunció.
Bayamo, conocida como la «Ciudad Monumento» por su rica historia en la lucha por la independencia de Cuba, ve cómo uno de sus símbolos más representativos se deteriora ante la indiferencia institucional. La Torre de San Juan Evangelista forma parte del Conjunto Monumentario San Juan, que incluye también el Retablo de los Héroes, un mausoleo construido en 1957 para honrar a destacados patriotas.
La falta de acciones concretas por parte de las autoridades para preservar y restaurar la torre refleja una desconexión preocupante con la identidad y memoria histórica de la nación, pero este no es un caso aislado. En Cuba, varios sitios históricos vinculados a figuras clave de la independencia han sido objeto de denuncias por su estado de abandono, lo que ha generado preocupación entre ciudadanos y defensores del patrimonio cultural.
Incluso la casa museo donde en 1897 se firmara la última Constitución de la República en Armas de nuestra gesta independentista, un lugar que sin dudas constituye un “sitio sagrado de la Patria, por demás Monumento Nacional se deterioraba en el año 2019 a la vista de todos, sin que a nadie pareciera importarle. Nos referimos a la casa conocida como «La Yaya», en Sibanicú.
Casa donde vivió José Martí en el Cerro
No nos referimos a la vivienda de la calle Paula, sino a la de Tulipán 32, esquina a Clavel, en el municipio Cerro. Una casa que acogió a José Martí y a su esposa Carmen Zayas-Bazán una vez regresados del exilio y donde nació su hijo, José Francisco Martí Zayas-Bazán, el Ismaelillo. En esa vivienda el apóstol cubano escribió no pocas epístolas trascendentales, como fueron algunas de las cartas a su amigo Manuel Mercado, pero allí solo existía un solar antiguo, donde la crecida yerba supera el metro de altura y donde por milagro se sostienen algunas pocas paredes en ruinas.
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Pero no es la única. También estaba a punto de derrumbarse, en el año 2022, la casa donde vivió el dramaturgo cubano Abelardo Estorino, en el municipio de Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas. También, en el año 2019, estaba en riesgo de derrumbe la vivienda en que naciera el más famoso de los pintores cubanos, Wilfredo Lam.
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Igual suerte corrió durante años la casa natal de Ignacio Jacinto Villa Fernández, conocido artísticamente como Bola de Nieve. La vivienda, a pesar de su valor histórico y cultural, se encontraba en el año 2014, en un estado alarmante de abandono en Guanabacoa, La Habana.
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Ubicada en la esquina de las calles Máximo Gómez y Versalles, la vivienda había perdido su techo y presenta un deterioro avanzado, con paredes agrietadas y estructuras comprometidas, y hasta el año citado no se habían concretado proyectos de rehabilitación para preservar este patrimonio.
Incluso, la casa donde naciera Juan Almeida Bosque, también se estaba derrumbando en el año 2020.
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Casa donde murió Máximo Gómez en El Vedado
La residencia situada en la esquina de las calles 5ta y D, en el barrio de El Vedado, La Habana, donde falleció el Generalísimo Máximo Gómez el 17 de junio de 1905, también ha sido objeto de denuncias por su estado de abandono. El inmueble, hace cerca de siete años, presentaba un avanzado deterioro estructural, con paredes descascaradas, techos en ruinas y vegetación invasiva. Aunque en años recientes se han anunciado planes para convertirla en un memorial dedicado a Gómez, las obras de restauración han sido intermitentes y no han logrado revertir el deterioro acumulado, revela el sitio Martí Noticias.
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Esperemos que la Torre de San Juan Evangelista, uno de los monumentos más emblemáticos de Bayamo, no corra igual suerte que todas estas otras.