A punto de terminar este año, la libra de limón cuesta 600 pesos en algunos agromercados cubanos, por lo que habría aumentado 200 pesos desde diciembre de 2022, cuando, por estas fechas, era posible comprarlo por 400.
Actualmente, el precio de la libra del cítrico, que fue bautizado en 2020 por el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel como “la base de todo”, supera los dos dólares, de acuerdo con la tasa de cambio del mercado informal de divisas.
Tristemente, el limón, que era para los cubanos algo imprescindible en la cocina, es un lujo al que pueden acudir solo quienes reciben remesas o tienen otro tipo de ingreso en divisas, porque el salario medio de un cubano no rebasa los cuatro mil pesos.
La mayoría de los cubanos se resigna a comprar los paquetes o los pomos de zumo de limón artificial, cuyo medio litro venden en tiendas y en redes sociales a unos 500 pesos y que, aunque tampoco abundan ni saben igual, son mucho más económicos.
Al parecer, los limones no se encuentran entre los productos importados por medianas y pequeñas empresas al país, que es lo que ha revitalizado un poco el mercado interno cubano, pero a un costo que casi nadie se puede permitir.
Por ende, hay usuarios que venden las posturas de limón criollo o apelan a “la cal viva, la ceniza y mucha cipermetrina” para que se les dé “una matica de limón en el patio”.
El aumento de los precios de los alimentos, que según ha anunciado el gobierno será todavía mayor el próximo año, es motivo de preocupación para los cubanos, víctimas de una inflación sin paralelo.
Hace tres años, durante una reunión con el Consejo de Ministros de Cuba, Díaz-Canel destacó la importancia de promover la cosecha de cítricos en el país, sobre todo de limón, así como la producción local de jugos, guarapo, limonada y masa de pizza para garantizar la alimentación de la población.
En los últimos meses, en más de una ocasión han acaparado titulares los escandalosos precios de alimentos básicos como el huevo, la leche, los frijoles o el arroz, que permanecen fuera del alcance del bolsillo de muchos cubanos.
No en vano renglones como ‘alimentos y bebidas no alcohólicas’ y ‘restaurantes y hoteles’, que incluye las ventas de alimentos y de bebidas no alcohólicas de la gastronomía, además del de transporte, son de los de mayor inflación en la isla.
Dicho de otra manera, el incremento del costo de la vida en Cuba se ha debido sobre todo al aumento de lo que pagan las personas por los alimentos y los servicios gastronómicos.
