Acontecimientos recientes en Ciego de Ávila y Guantánamo, reiteran la necesidad de una respuesta rápida y coordinada para proteger la salud de los ciudadanos y evitar brotes masivos de enfermedades como el dengue.
Mientras muchos cubanos buscan refrescarse en piscinas y ríos en los últimos días del verano, la situación higiénico-epidemiológica en la provincia de Ciego de Ávila se ha convertido en una preocupación principal para las autoridades sanitarias y políticas, sobre todo en lo relacionado con la enfermedad del dengue.
Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y su primer secretario en la provincia, a través de su cuenta en Twitter, ha compartido un análisis sobre diversos aspectos de los 10 municipios avileños, incluyendo la situación sanitaria actual.
Con la llegada del período lluvioso en junio, el riesgo de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como el dengue, ha aumentado. Este panorama se agrava con la presencia de microvertederos y la limitada capacidad para realizar fumigaciones constantes. El mes pasado, el medio Invasor reportó situaciones alarmantes en municipios como Morón, Ciego de Ávila y Majagua.
José Luis López González, subdirector provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, señaló que estos municipios continúan siendo los más afectados, siendo Majagua uno de los más críticos. Aunque las altas temperaturas acortan el ciclo de vida del mosquito, las estrategias como la fumigación y la detección temprana siguen siendo esenciales para evitar una epidemia de dengue.
Por otra parte, en Guantánamo, las autoridades sanitarias han intensificado la vigilancia del cólera, tal y como señala el diario oficialista Venceremos.
Aimeé Blanco Chibás, jefa del departamento de Enfermedades Transmisibles en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, mencionó que, ante alertas de la Organización Mundial de la Salud sobre brotes en países cercanos como Haití, se ha dado prioridad a la detección de síntomas en viajeros provenientes de zonas afectadas.
Los protocolos incluyen administrar dosis de doxiciclina a los viajeros y mantener una vigilancia clínica por dos semanas después de su llegada. Ante cualquier indicio de cólera, se activa un protocolo de respuesta rápida.
Blanco Chibás insistió en la importancia de que las personas busquen atención médica ante cualquier síntoma diarreico, incluso si no presenta las características clásicas del cólera. Además, enfatizó en el consumo regular de sales de rehidratación oral, especialmente para adultos mayores que optan por tratarse en casa.
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