Se trata del teniente coronel Héctor Alejandro Hernández Morales, quien sirvió durante años en el Ministerio del Interior (MININT), y quien fuese identificado por el periodista Mario J. Pentón en una reciente investigación.
Carlos Giménez dejó claro que su política no es antiinmigrante, sino contra los abusadores. Hizo una defensa explícita de los cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos que verdaderamente escapan de dictaduras y necesitan protección internacional. Dijo que estas personas deben ser acogidas, no rechazadas, y que deben poder permanecer en el país a través de vías legales como el TPS o solicitudes de asilo.
Su pronunciamiento ha generado debate en la comunidad cubanoamericana, evidenciando las divisiones existentes respecto a cómo abordar la presencia de exfuncionarios del régimen cubano en Estados Unidos y el papel de la denuncia ciudadana en estos casos.
Este, fellows, no es un problema de partidos. Es un problema de conciencia, de ética y de voluntad. Y mientras sigamos tratando esto como una pelea entre azul y rojo, los verdaderos infiltrados seguirán caminando impunes… y riéndose de todos nosotros.
El reciente arresto en Miami del presunto represor cubano Daniel Morejón García no fue producto de la casualidad ni de una investigación espontánea de las agencias federales. Como en otros casos similares, el punto de partida fue una denuncia.
El arresto del ex agente en Miami parece ser apenas la punta del iceberg en una trama que podría destapar una red mucho más amplia de infiltrados del régimen castrista en Estados Unidos. La comunidad cubanoamericana permanece atenta y vigilante ante la posibilidad de que más nombres salgan a la luz en los próximos días.
Asimismo, el mensaje enfatiza que HSI y sus socios continuarán sus esfuerzos para identificar y detener a personas que representen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
A mediados de agosto, la noticia de la llegada de Manuel Menéndez Castellanos a Miami sorprendió a la comunidad cubana, ya que se trata de un alto exmiembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
El aumento en el número de represores cubanos que llegan a Estados Unidos refleja no solo el éxodo masivo desde la isla, sino también un fallo en los procedimientos migratorios que debería proteger al país de individuos que, en el pasado, han violado los derechos humanos de manera sistemática.