El congresista cubanoamericano Carlos Giménez ha elevado la presión sobre las autoridades estadounidenses para que actúen contra los represores del régimen cubano que han ingresado a Estados Unidos. En una reciente entrevista con el periodista Mario J. Pentón, Giménez expuso con claridad su postura, explicando por qué ha decidido liderar esta causa que, según él, otros han evitado o ignorado por años.
Giménez reveló que ha identificado más de un centenar de represores cubanos que se encuentran en territorio estadounidense, y que esa cifra podría ser apenas el inicio. Le resulta incomprensible que, a pesar de que muchas organizaciones ya conocían de la presencia de estos individuos, no se hubiera tomado acción concreta antes. El congresista no duda en señalar que su intención no es solo evidenciar la situación, sino lograr consecuencias reales: exige que se revisen los antecedentes migratorios de estas personas para determinar si mintieron u ocultaron información al momento de solicitar entrada a Estados Unidos.
Para el congresista, si estos individuos sirvieron al régimen cubano y participaron activamente en la represión del pueblo, entonces no tienen ningún derecho a beneficiarse de las libertades que ofrece Estados Unidos. “Si estaban tan comprometidos con el régimen, que regresen a disfrutarlo tal como está hoy”, afirmó con firmeza. Subrayó que estos personajes no deberían tener el privilegio de vivir en un país libre mientras fueron instrumentos de opresión en el suyo.
Aunque ya ha enviado comunicaciones formales al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), hasta ahora no ha recibido respuesta oficial. No obstante, adelantó que buscará una reunión con la secretaria del DHS para exigir que se actúe, comenzando con los primeros cien casos que considera prioritarios. Si bien algunos de estos represores ya han optado por autodeportarse, Carlos Giménez insiste en que eso no basta. Lo que él exige es una política clara, firme y con consecuencias jurídicas.
A las víctimas de la represión cubana, les envió un mensaje de respaldo. Dijo que comprende su dolor y que no piensa detenerse hasta ver justicia. También tuvo palabras contundentes para el régimen cubano, al que llamó directamente su enemigo. Aclaró que no es enemigo del pueblo, sino del sistema que los ha oprimido durante más de seis décadas. “Soy cubano”, reafirmó. “Nací en Cuba, viví allí hasta los casi siete años. Mis padres eran cubanos, mi esposa es cubana, mis hijos son cubanoamericanos. Lo que deseo para Cuba es libertad”.
En esa línea, advirtió a los represores que todavía operan en Cuba o han logrado entrar en EE.UU. que su momento llegará: “Su día viene, y viene bastante rápido”. Es una advertencia que suena más a promesa que a amenaza, dada la firmeza con que la expresó.
Además, Carlos Giménez dejó claro que su política no es antiinmigrante, sino contra los abusadores. Hizo una defensa explícita de los cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos que verdaderamente escapan de dictaduras y necesitan protección internacional. Dijo que estas personas deben ser acogidas, no rechazadas, y que deben poder permanecer en el país a través de vías legales como el TPS o solicitudes de asilo.
No obstante, criticó con dureza el programa de parole humanitario masivo implementado por la administración Biden, que según él ha permitido el ingreso de personas sin la debida revisión individual. “No se puede seguir manejando esto con números masivos. Tiene que ser caso por caso”, afirmó, aludiendo a los riesgos de seguridad que esta política ha traído consigo.
La posición de Carlos Giménez es clara: Estados Unidos debe ser refugio para las víctimas, no para los verdugos. Y mientras las autoridades se toman su tiempo, él promete seguir presionando para que los represores rindan cuentas.
Aquí, la entrevista:
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