Saúl Santos Ferro, un ex alto cargo del Ministerio del Interior (MININT) y de la Seguridad del Estado en Cuba, ha vuelto a ser el centro de atención en la comunidad cubano-americana tras la reciente denuncia del abogado de inmigración Santiago Alpízar.
Según Alpízar, Santos Ferro, quien fue deportado a Cuba en 2019 tras ser condenado en Miami por fraude migratorio y otros delitos, podría haber regresado secretamente a Estados Unidos y estar escondido en algún lugar del país.
Ferro, conocido por su papel represivo como jefe de la Seguridad del Estado en San Cristóbal, Artemisa, fue identificado y denunciado por varias de sus víctimas en el exilio, lo que llevó a su arresto en Miami en febrero de 2019. Fue sentenciado a seis meses de prisión, dos años de libertad condicional y a la restitución de más de 12,000 dólares por haber ocultado su pasado como agente de la Seguridad del Estado al solicitar su residencia permanente en Estados Unidos bajo la Ley de Ajuste Cubano, tal y como recogió en su momento Babalu Blog.
El proceso judicial que culminó con su deportación a Cuba parecía ser el cierre de su capítulo en Estados Unidos.
Sin embargo, Alpízar, vicepresidente de las organizaciones CubaDemanda y Cuba Represión ID, advierte que Ferro podría estar de vuelta en territorio estadounidense. La denuncia surge en medio de rumores de que el régimen cubano, en un movimiento inusual, devolvió a Ferro a Estados Unidos en el mismo avión en que fue deportado a la isla.
La posibilidad de que Santos Ferro haya reingresado al país genera preocupación no solo por la aparente falta de control en la ejecución de su deportación, sino también porque pone en evidencia las fallas en el sistema migratorio que permite que represores identificados regresen al país. Alpízar ha hecho un llamado a la comunidad exiliada para que se mantenga alerta y reporte cualquier avistamiento de Ferro u otros represores cubanos que puedan estar residiendo ilegalmente en Estados Unidos.
El caso de Santos Ferro es emblemático de un problema más amplio que afecta a la comunidad cubano-americana. Según Alpízar, mientras que individuos como Ferro logran reingresar al país, miles de cubanos que han escapado del comunismo permanecen en un limbo migratorio, especialmente aquellos bajo la controvertida categoría I-220A. Este tipo de situación plantea serias interrogantes sobre la eficacia y la justicia del sistema migratorio actual.
El abogado reiteró que las organizaciones CubaDemanda y Cuba Represión ID siguen comprometidas con la identificación y denuncia de represores cubanos en el exilio y mantienen abiertos sus canales de comunicación para recibir informes y evidencias de la comunidad.
Los peligros de que Cuba haya deportado de vuelta a Saúl Santos Ferro
Si la denuncia de Alpízar fuera cierta, esto sienta un grave precedente.
Si Cuba se niega a recibir de vuelta a represores deportados desde Estados Unidos, como en el caso de Santos Ferro, esto podría representar un peligro significativo para la seguridad nacional de EE.UU.
La deportación es una herramienta crucial para asegurar que individuos que han cometido crímenes graves en sus países de origen, y que luego han mentido para obtener beneficios migratorios en Estados Unidos, no puedan permanecer en suelo estadounidense.
Si estos individuos logran evitar su retorno a Cuba y, en cambio, regresan clandestinamente a Estados Unidos, no solo socavan la integridad del sistema migratorio, sino que también plantean una amenaza directa.
Estos exagentes, con un historial de represión y violencia, podrían continuar sus actividades delictivas en Estados Unidos, o incluso colaborar con otros elementos peligrosos.
La negativa de Cuba a recibir a estos deportados podría convertirse en un incentivo para que otros individuos con antecedentes similares intenten ingresar y permanecer ilegalmente en el país, sabiendo que las consecuencias de la deportación podrían ser fácilmente revertidas.
Si quieres conocer más sobre el caso de Sául Santos Ferro puedes leer la nota publicada por el Departamento de Justicia de los EE.UU. aquí
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