Mientras en el mundo la tensión parece no cesar, el papa León XIV ha pedido paz desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, durante el rezo del Regina Coeli al mediodía de este domingo.
En un contexto internacional tan complejo, el recién electo pontífice centró su mensaje en dos de los principales conflictos actuales: Ucrania y Gaza, mientras celebraba su primera misa dominical como papa frente a la tumba de San Pedro.
León XIV aseguró a los miles de feligreses congregados en la Plaza de San Pedro que lleva en su corazón el “sufrimiento del pueblo ucraniano” y pidió a los líderes políticos que dediquen todos sus esfuerzos a lograr una paz “auténtica, justa y duradera” en el extenso país de Europa oriental.
Asimismo, solicitó la liberación de los prisioneros de guerra de ambos bandos (Ucrania y Rusia) y que los niños puedan regresar en paz a sus hogares. El papa habló del conflicto al recordar que este 8 de mayo se cumplían ochenta años del final de la Segunda Guerra Mundial.
El pontífice también dedicó parte de su intervención a la situación en la Franja de Gaza, donde reclamó un alto el fuego “inmediato” y subrayó la urgencia de brindar ayuda humanitaria a la “agotada” población. Del mismo modo, exigió la liberación de todos los rehenes.
Después de ser elegido el pasado jueves, durante el segundo día del cónclave, León XIV celebró una misa el viernes en la Capilla Sixtina acompañado por los cardenales. Al día siguiente, se trasladó a una localidad en las afueras de Roma para visitar un santuario agustino. Más tarde, oró en la basílica de Santa María la Mayor frente a la tumba del papa Francisco, fallecido el 21 de abril.
Ya su hermano, John Prevost, había declarado en una entrevista que con Robert Prevost —nombre secular de León XIV— se vería una continuidad de la labor que había iniciado el papa Francisco al frente de la Iglesia.
