Recientes decisiones por parte del gobierno de los EEUU. parecen estar influenciadas por el descubrimiento de la nueva cepa del coronavirus, Ómicron, más allá de todo lo que pueda decirse.
En las últimas horas el gobierno de los EE.UU. ha impuesto dos «interesantes» medidas:
- Exigir a viajeros internacionales test Covid-19 negativo de solo 24 horas antes del vuelo.
- Reanudar el programa de Trump que obliga a solicitantes de asilo a esperar en la frontera con México
¿Cuánto ha influido Ómicron en la toma de la primera, la segunda o ambas? Ya veremos.
La reanudación del programa establecido por la administración de Donald Trump que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México (MPP) pudiera ser más que una respuesta a Ómicron una medida necesaria, ante lo que parece será la prueba de fuego de todas las administraciones estadounidenses venideras. El incremento de la miseria, la pobreza y la corrupción en los países al sur del Río Bravo ha impulsado una oleada migratoria sin precedentes.
Digan lo que digan, Ómicron parece haber llegado de la excusa perfecta, para frenar la entrada de migrantes a EE.UU. Algunos – o muchos – de ellos sin siquiera estar vacunados contra el coronavirus.
El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves la reanudación del controvertido programa fronterizo de la era Trump, aunque la medida obedezca a una decisión tomada en una corte federal.
Estados Unidos explicó que ofrecerá vacunas contra el COVID-19 a los migrantes, calmando así las inquietudes lógicas del gobierno de México, que la semana pasada, conocedor de las razones que ha impulsado este flujo migratorio sin precedentes a EE.UU., pidió acelerar los programas de cooperación para el desarrollo en el sur de su territorio y en Centroamérica.
Ahora, sin embargo, la vuelta a la vieja medida enfrenta varias realidades. Una, que el restablecimiento del MPP traerá de vuelta las lógicas preocupaciones en defensa de los derechos humanos de los migrantes. Según grupos de defensa de derechos humanos, el MPP pone en riesgo la vida de los migrantes porque estos quedan «atrapados» en los estados del norte de México, donde los índices de violencia son altos y existe una fuerte presencia de traficantes de personas y de las bandas criminales. A ello se une el hecho del hacinamiento en tiendas de campaña; muchos, en condiciones higiénicas ni siquiera normales, todo en medio de la pandemia de la COVID-19.
Eso, será por tierra.
EE.UU. exigirá a viajeros internacionales test Covid-19 negativo de solo 24 horas antes del vuelo
Aquellos con VISA, o incluso quienes no la necesiten, y tengan en planes viajar a los EE.UU. deberán cumplir al pie de la letra una nueva disposición que entrará en vigor a partir del próximo 6 de diciembre.
Esta disposición forma parte del reforzamiento de los protocolos epidemiológicos en los EE.UU. ante la llegada del invierno; época en que el llamado «flu» – catarro, gripe – se hace más presente. Si tenemos en cuenta que una simple gripe tiene los mismos síntomas que la COVID-19, y la aparición de Ómicron ya en California, es entendible tal decisión del gobierno de EE.UU. ante lo que pudiera ser una emergencia sanitaria.
Los protocolos epidemiológicos contra la pandemia de coronavirus se refuerzan ante el inicio de la temporada invernal en ese país, apenas un mes después de que los Estados Unidos flexibilizara los requisitos de llegada al país.
Antes del 4 de noviembre EE.UU. exigía a los viajeros internacionales un test de antígeno tomado con no más de 72 horas de antelación al vuelo; ahora a partir del día 6 de diciembre, se exigirá un test Covid-19 negativo a todos los viajeros internacionales que lleguen a ese país realizado en las 24 horas previas al vuelo.
La medida impactará en los planes de vuelo de todos los viajeros internacionales, independientemente de su nacionalidad o estado de vacunación. Es decir: hasta los propios ciudadanos estadounidenses deberán hacerse una prueba PCR o de antígeno con no más de 24 horas de antelación a la hora de abordar su vuelo rumbo a los EE.UU. La prueba debe dar negativa.
La Casa Blanca no ocultó que esta decisión estaba influenciada por Ómicron.
“Este cronograma de pruebas más estricto proporciona un grado adicional de protección de la salud pública a medida que los científicos continúan evaluando la variante Ómicron”, apunta el comunicado de la Casa Blanca.
Al hablar de Ómicron, el presidente Joe Biden pidió a los estadounidenses que no cundan ante el pánico, y aseguró que no solo las compañías fabricantes de vacunas están en función de la preparación y/o modificación de los llamados «refuerzos», sino que la mejor manera de enfrentar a Ómicron y a todo lo que venga aparejado a la COVID-19 es tener el ciclo completo de vacunación.
“Esta variante es una razón para preocuparse, no para entrar en pánico,» expresó Biden.
«Tenemos las mejores vacunas, los mejores científicos y los mejores medicamentos del mundo. Y aprendemos más cada día que pasa. Y lucharemos contra esta nueva variante con todo el conocimiento y la velocidad que permita la ciencia, no con caos y confusión. Lo hicimos con la anterior y lo haremos aún mejor en esta, ofreciendo información veraz y actualizada”, apuntó el mandatario en su intervención.
Este miércoles se conoció del primer caso en Estados Unidos de Covid-19 por la variante ómicron del coronavirus.
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El caso está relacionado con un viajero que regresó de Sudáfrica el 22 de noviembre último.
Otras medidas sanitarias quedan vigentes para impedir avance de Ómicron
Permanece vigente además la disposición establecida desde el 8 de noviembre último de inmunización obligatoria de todos los pasajeros aéreos internacionales que arriben a ese país, siempre y cuando se encuentre vacunados con las vacunas aprobadas o autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA), o alguna de las vacunas incluidas en una lista de uso de emergencia (EUL) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es decir: las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson fabricadas en los EE.UU.; y Sinovac, BIBP/Sinopharm, AstraZeneca y CoviShield, las aprobadas por la OMS.
Se mantiene el uso obligatorio de mascarillas en aviones, trenes, cualquier transporte público, aeropuertos y terminales de autobuses, para los viajeros internacionales. El incumplimiento de esta medida implicará multas entre 500 y 3,000 dólares a los infractores.
La administración Biden pretende además seguir promoviendo la aplicación de vacunas de refuerzos a todos los adultos en el país. Solo un 20% del total de vacunados en los EE.UU. ha optado por aplicarse la tercera dosis de refuerzo.
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