Nicolás Maduro da marcha atrás al socialismo de Hugo Chávez

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Agobiado por un sueño que no va a llegar a ninguna parte -y ahí está Europa, la URSS y Cuba para demostrarlo, el gobierno de Nicolás Maduro decidió poner en manos privadas unas empresas de alimentos que fueron nacionalizadas en Venezuela; estrategia comenzada por el fallecido Hugo Chávez en el año 2007 obnubilado por el ejemplo de Fidel Castro.

Al parecer esta estrategia del gobierno controlándolo todo no sirvió para nada, y tras olfatear el hambre y la miseria en el pueblo a Nicolás Maduro no le quedó más remedio que revertir «parte del modelo económico de su predecesor Hugo Chávez».

Así lo indica la agencia Reuters, que da cuenta de cómo el exguaguero y graduado en la Escuela Superior del Partido Ñico López de La Habana, cedió el manejo de estas empresas públicas, «al menos 13 industrias de alimentos nacionalizadas hace una década», a ver si le llega una lata de leche condensada al pueblo.

«(…) centrales azucareras, plantas de harina de maíz, lácteos y salsas, atuneras, torrefactoras y empresas de ventas de insumos agrícolas», el cambio -o marcha atrás- que puso Nicolás Maduro en la guaguita del socialismo del siglo XXI, es la confirmación de una evidencia sólida ya probada; de una fórmula fallida.

¿Cuántos no murieron por esa causa? ¿Cruzando fronteras? ¿Emigrando hacia otros países incluso en balsa -sí, Venezuela tiene sus balseros- arriesgando la vida porque a Chávez un día se le ocurrió nacionalizar?

Este «intento de mejorar las operaciones tras la gestión estatal» muy probablemente se inspire ahora en el modelo chino, un país con una cultura laboral muy diferente a la del pueblo venezolano.

Reuters afirma, sin embargo, que aunque el gobierno de Maduro ha permitido que empresarios locales manejen estas industrias, «el gobierno (…) mantiene la propiedad, y deja la administración en mano de terceros a cambio de pagos».

De manera acertada Reuters reconoce que este «cambio» ya venía dándose desde 2019, cuando Maduro debió flexibilizar «las regulaciones a la economía en respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos».

Y la flexibilización en Cuba, ¿pa´cuándo?

Un amigo experto en el tema manifiesta que este ejemplo hasta pudiera ser tomado como referencia por La Habana, y hasta intuye que Cuba tendrá que hacer lo mismo muy pronto si no quiere otro 11 de julio.

Rubén afirma vía telefónica que Cuba no podrá vivir eternamente de donaciones, y que en algún momento tendrá que reformar su economía y poner en mano de las pymes casi todo lo que a ellos les cuesta hacer funcionar.

«El ejemplo está ahí, a la vista; en paladares, hostales. No pocos locales fueron arrendados, pero llegó la pandemia. Hay que ver cómo se ajusta el asunto, pero si Raúl hizo reformas a Fidel, hay que esperar que Díaz-Canel haga reformas a Raúl. No sé si esperan a que muera», reflexiona.

Rubén dice tener la certeza que este cambio vendrá más pronto de lo que uno se imagina, y especula con la idea de un «paquete» en manos de la administración de Joe Biden, listo para ser ejecutado, pero que espera porque Cuba dé señales positivas de transformación en materia del respeto a los derechos humanos y las libertades civiles.

Rubén cree que el cardenal de Boston, Patrick O´Malley, amigo personal de Joe Biden, le puso las cartas sobre la mesa a Miguel Díaz-Canel en su reciente visita.

Ya que algún día, por ejemplo, veamos a Nayvis Díaz Labaut, CEO de Velo Cuba, como ministra del Transporte es harina de otro costal; o mejor aún para ella, más afín a sus intereses actuales: que la pongan a fabricar bicicletas.

La verdad más neta es que Nayvis Díaz es una de las personas más capaces e inteligentes que yo haya conocido en mis 20 años de vida laboral en Cuba, y no sería mala idea que la pusiesen a dirigir algo en ruinas, que de seguro lo sacará a flote.

A fin de cuentas, verdaderamente, algún día en Cuba se gestará un cambio en las empresas del estado que revierta toda la apatía y la poca capacidad productiva y deseos de trabajar, que actualmente se traduce -como en el caso de Venezuela- en problemas de producción y salario; estímulos económicos; falta de sentimiento de propiedad; poca transparencia en las decisiones y gestiones económicas.

En esa Cuba futura, las personas como Nayvis se cotizarán como el lingote de oro en la bolsa de Pekín.

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