La noticia, en días pasados, de que agentes federales encontraron a cinco inmigrantes cubanos en la parte trasera de una camioneta caliente y sin ventanas en la zona de Opa-locka pasó casi sin penas ni glorias en el mundillo informativo de la ciudad de Miami, que tal vez se preocupó más por unas declaraciones controversiales hechas por la Vicegobernadora de la Florida Jeanette Núñez, con relación al envío, hacia Delaware, de los inmigrantes cubanos en un futuro, aunque no en una camioneta oscura, sino en ómnibus, y por orden expresa del gobernador de la Florida, Ron de Santis.
Ya la Vicegobernadora aclaró lo que dijo, pero habría que ver el trasfondo del asunto. ¿Cuál sería la posición de la comunidad cubana en Miami con relación a esto?
Se habla de un exilio fragmentado, dividido. Y créanlo, las muestras de rechazo hacia ese inmenso flujo que fluye de manera constantes, con sus «acelerones» y frenos, vienen más de los llegados «hace poco» que de los históricos. Al menos así se vislumbra en las redes sociales; aunque claro, en estas, son más activos los que no tienen tantos cumpleaños celebrados.
Es cierto; pero también es cierto que esa comunidad histórica no es resentida; este rechazo que se percibe parece provenir de una generación más apática y menos empática hacia sus coterráneos. En parte, porque la triste realidad nos ha demostrado que muchos de los que llegan pidiendo Asilo y diciendo huir, al año y un día aplican para la residencia y meses después ya están viajando de vuelta a la isla.
La camioneta se usó para transportar a inmigrantes cubanos que acababan de pasar de contrabando a Estados Unidos.
Así lo afirman los agentes federales, que dicen que la camioneta se usó para transportar a seis inmigrantes cubanos que acababan de pasar de contrabando a Estados Unidos. Presuntamente uno de ellos fue dejado en el camino.
Los agentes dijeron haber recibido un aviso anónimo. Horas después encontraron a los cinco inmigrantes cubanos sentados en la parte trasera de un van sin ventilación.
El jueves, Agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional arrestaron a Ismel Martinez-Paso, de 46 años, quien actualmente se encuentra detenido en el Centro Federal de Detención en Miami por un cargo de conspiración de contrabando de personas. Presuntamente este es el hombre que trajo a los cubanos desde los Cayos a Miami, pero los agentes de la ley creen que su participación fue más que un ride.
Afirman que está involucrado en una operación de contrabando; que presuntamente trajo a los inmigrantes cubanos, desde Cuba, y que iba a llevarlos a una “casa de seguridad” en la Florida hasta que cada una de sus familias reuniera $15,000.
Así lo recogió el diario Bradenton Herald. Muchos estarán de acuerdo en que el hecho de que en Miami funcione una «sucursal» de las llamadas stash house, de esas que existen por cientos en Texas, Arizona y California, da pavor.
¿Los cubanos? ¿Para Delaware?
Sin embargo, el hecho de que el gobernador Ron DeSantis avale el traslado express de los inmigrantes cubanos hacia Delaware, tal y como ha hecho su homólogo Greg Abbott, desde Texas, enviándolos a Nueva York y Washington, es una pesadilla pendiente. Y peligrosa.
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La Vicegobernadora de la Florida Jeanette Núñez acudió al show «El Mañanero» para aclarar que lo que ella dijo fue malinterpretado o tergiversado, pero todavía existe esa sensación perversa, en el aire, de que en un futuro no muy lejano, si DeSantis sigue en la gobernación, pueda hacerse realidad. Tal vez, en gran medida porque esa fue «una idea» ya mencionada previamente en la mente del gobernador DeSantis a manera de comentario. Medio en broma, medio en serio.
Ya sea en serio, ya sea en broma, lo dicho la semana pasada por la vicegobernadora de Florida, Jeanette Núñez, los demócratas de la Florida comenzaron desde el lunes a lanzarle feroces críticas.
WFSU News recoge la declaración hecha por Nuñez, cubanoamericana, republicana, donde señalaba que «casi todos ellos se dirigen aquí al sur de la Florida.»
Y es lógico que suceda. Por una cuestión cultural, de idioma, porque es una ciudad levantada por los cubanos, por las sucesivas oleadas de cubanos, porque en Miami, ciudad emblemática en la Florida, casi se habla más español que inglés. Porque en Hialeah, la ciudad que progresa, si no hablas español, no podrás pedirte siquiera unas quesadillas en un Taco Bell.
Se hablaba de los cubanos, y Nuñez dijo que el gobernador republicano Ron DeSantis “los enviará, francamente, a… Delaware”, el estado natal del presidente Biden; pero luego en Twitter aclaró que no se refería a los cubanos sino a los migrantes que “ingresan [a Estados Unidos] ilegalmente”.
Sin embargo, el problema legal aquí, y ya algunos expertos han detallado en ello, los cubanos que llegan a los Estados Unidos son inmigrantes ilegales. Ya sea vía marítima o cruzando la frontera sur de EE.UU. son inmigrantes ilegales.
Una cosa distinta es que ellos no lo sientan, como tradicionalmente lo han sentido amparados por la Ley de Ajuste Cubano y por la Ley de Pies Secos Pies Mojados; pero esos cubanos son tan inmigrantes ilegales en EE.UU. como cualquier otro hasta tanto un juez, primero, en Corte, determine una cosa y luego, al año y el día, reciban su residencia.
Si Nuñez dice otra cosa o cree que los inmigrantes cubanos tienen una especia de «status especial», pues está muy equivocada. Ante las leyes de Inmigración, no es así.
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Y ¿Los inmigrantes cubanos en EE.UU. son ‘ilegales’? Esa podría ser la pregunta equivocada.
