En los últimos tiempos, a pesar de haberse ganado fama de «apretadoras» o «exprimidoras», las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) en Cuba han sido un salvavidas para los ciudadanos, proporcionando productos alimenticios que escasean en las tiendas estatales. A pesar de los altos precios, estas empresas privadas, a las que el pueblo cubano jocosamente llama «Me exprime», han llenado un vacío en medio de la crónica escasez en el país.
Sin embargo, el régimen cubano parece estar decidido a apretar el cerco sobre las MIPYMES; y a la hora de su análisis, ha dicho que son los altos precios en las «Me exprime» los que contribuyen a la inflación.
Aquí se plantea un dilema, que quedó expuesto con el «regañón» que le dio Esteban Lazo a la Ministra de Comercio Interior Betsy Velázquez. ¿Por qué las empresas privadas son eficientes y la socialistas no?
Todavía ellos no encuentran la causa, que es obvia – la incapacidad del gobierno para aumentar la producción y bajar los precios -; pero sin embargo, en lugar de competir eficazmente contra las «Me exprime», el gobierno opta por la regulación y la imposición de topes de precios y aranceles a la importación de productos terminados por parte de estas: las MIPYMES.
No hay dudas que, además de que esto pudiera repercutir en un apretón a su vez, al bolsillo de los cubanos por parte de las «Me exprime», contribuye a desmotivar a estos nuevos actores económicos, algunos de los que ya han expresado su interés en colgar los guantes, vender el negocio, y largarse de la isla.
Todo eso sin que se hiciera el anuncio de que los exprimirán más.
El régimen – y el encontronazo de Esteban Lazo con Betsy Velázquez es prueba de ello – sabe que no puede competir con el sector privado, y esto es evidente; pero en lugar de fomentar la competencia, como sucedería en cualquier economía de mercado en el mundo, opta por lo más fácil y que está en sus manos: regular las actividades de este sector privado.
El régimen intenta responsabilizar a las MIPYMES por la falta de prosperidad en el país, en lugar de buscar soluciones, y las que encuentra son estas: un aumento de impuestos a las importaciones de productos terminados por parte de las MIPYMES, y una revisión de las actividades permitidas al sector privado.
Es obvio que estas medidas podrían afectar negativamente a las «Me exprime» y, en consecuencia, agravar la situación económica y la escasez en Cuba, exprimiendo a su vez aún más al pueblo cubano.
La «única luz» dentro de este largo y oscuro túnel la percibirán maestros y profesionales de la salud.
Aparentemente con el objetivo de frenar el éxodo de quienes han servido como carta de cambio en impulsar la prestación de servicios, rama que aporta el mayor % de divisas al PIB cubano, junto al turismo y la exportación de ron y tabaco, el régimen cubano ha anunciado un aumento de sueldo para los profesionales que se desempeñan en estas dos ramas: educación y salud. El anuncio forma parte de su plan para la ejecución del presupuesto del Estado de 2024.
La viceministra cubana de Finanzas y Precios, Maritza Cruz, hizo este anuncio, aunque las cuantías exactas de los aumentos salariales no se han hecho públicas aún. Se estima que estos incrementos implicarán erogaciones presupuestarias de aproximadamente 25 millones de pesos.
Se trata de un viejo reclamo, de años, que llega en un momento más que complejo, pues a pesar del aumento salarial prometido, algo es seguro: los nuevos salarios continuarán siendo extremadamente bajos.
Esta medida busca frenar el éxodo de profesionales que trabajan en sectores clave como la educación y la salud, que aportan una parte significativa de divisas al PIB cubano, junto con el turismo y la exportación de productos como el ron y el tabaco. Sin embargo, la crisis económica sigue siendo un desafío importante para el país que no puede resolverse con el aumento de salario en unos cuántos pesos.
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