Cubanos emigrados casi igualan medallas de los que representaron a la isla en París

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Los deportistas cubanos lograron un total de 17 medallas en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero ocho de ellas bajo otras banderas.

Por ende, los 21 atletas cubanos que no compitieron por la isla en la capital francesa tuvieron una proporción de medallas muy superior a la de la delegación oficial de 61 que llevó Cuba a la recién concluida cita estival, que ganó nueve preseas.

O sea que, con cerca de un tercio de la cantidad de competidores que representaron a Cuba, los llamados cubanos del exilio se colgaron ocho medallas olímpicas: una de oro, cuatro de plata y tres de bronce. 

Cabe recordar que el joven Jordan Díaz se coronó en el triple salto por España, en una disciplina cuyo podio completaron otros dos cubanos por otros dos países.

Con plata, terminaron el triplista Pedro Pablo Pichardo, que compite por Portugal; el boxeador Loren Berto Alfonso, de Azerbaiyán, en la categoría de 92 kilogramos; el luchador Yasmani Acosta, de Chile, que perdió en los 130 kg de la greco contra el pentacampeón Mijaín López; y el voleibolista Wilfredo León, que se lució con Polonia.

Mientras, en bronce quedaron Andy Díaz, que contendió en triple salto por Italia; y los boxeadores Enmanuel Reyes (España) y Javier Ibáñez (Bulgaria), en los 92 y los 57 kilos, respectivamente.

Las ocho medallas olímpicas de cubanos que han echado raíces fuera de la isla correspondieron a la rama masculina: tres en triple salto e igual cantidad en boxeo, que había otorgado 78 medallas a la isla en 12 Olimpiadas anteriores; una en lucha greco y una en voleibol. 

Al mismo tiempo, hubo 44 entrenadores de Cuba que prepararon a deportistas que compitieron por otros países bajo los cinco aros. 

Es el caso, por ejemplo, del campeón olímpico de salto largo de Sydney 2000, Iván Pedroso, entrenador del talentoso Jordan; Néstor Almanza, que trabaja con el gladiador Acosta; o Raúl Fernández, preparador del equipo de boxeo femenino de China, que se fue con dos oros y dos platas.

Por otra parte, de las nueve preseas que conquistó la delegación cubana, tres pertenecen a mujeres y seis a hombres.

En esta ocasión, la representación de Cuba se fue con dos oros: el quinto de Mijaín en la greco y el primero del púgil Erislandy Álvarez (63,5 kg); y una plata, la primera medalla olímpica para la lucha femenina cubana, de Yusneylis Guzmán en el estilo libre.

Además, en el medallero de Cuba aparecen los bronces de Arlen López en boxeo (80 kg), Gabriel Rosillo en lucha greco (97 kg), Luis Alberto Orta (67 kg) y Milaimy Marín (76 kg) en lucha libre, Yarisleidis Cirilo en canotaje y Rafael Alba en taekwondo (80 kg).

No obstante, con su 2-1-6 Cuba terminó en el puesto 32 del medallero general de estos Juegos, lo que representa la peor ubicación de la isla desde México 1968.

Lo anterior está muy lejos del top 20 en el que pronosticó el director de Alto Rendimiento del Instituto de Deportes, José Antonio Miranda, que quedaría la delegación cubana y en el que había estado entre Munich 1972 y Tokio 2020.

En París 2024 fue la primera vez desde Munich 72 que el total de medallas de Cuba no excede el doble dígito. La bandera cubana ondeó en el podio de solo cuatro de los 16 deportes en que participó.

Según ha resumido el reportero deportivo Francys Romero sobre este declive, “el problema del deporte cubano es el sistema”, que es “invariable” y ve al atleta como pieza de una máquina de propaganda, exaltada con orgullo por ser producto del Estado.

Para Romero, “cuando los atletas no funcionen como propiedad de un ministerio que les exige, controla y aprueba, los resultados regresarán”. Se olvida, recalca, que, por mucho que las actuaciones de un deportista enorgullezcan a una nación, él es el protagonista.

Es importante no perder de vista que, desde la desaparición de la Unión Soviética, que mucho contribuyó a la preparación de atletas, el rendimiento del deporte cubano se ha visto mermado.

No en vano fue en Barcelona 1992 cuando Cuba logró su clímax olímpico, con 30 medallas. Luego vendrían Atlanta 1996 (25 preseas), Sydney 2000 (29), Atenas 2004 (27) y Beijing 2008 (30). 

Posteriormente, la caída fue abrupta: una docena de atletas subió al podio en Londres 2012, once lo hicieron en Río de Janeiro 2016 y quince en Tokio 2020.

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