La vida en Cuba se torna cada vez más complicada, como lo demuestran las incipientes decisiones por parte de algunos boteros en La Habana de subir los precios del transporte. Estos incrementos que ya han comenzando a verse en algunos lugares como lo es el Parque de la Fraternidad, lugar de concentración de numerosos «taxistas privados» han generado un gran descontento entre la población, que ya enfrenta desafíos económicos significativos.
En una publicación vista en Facebook, Laura Martin Neto, una internauta, expresó su frustración, que a su vez refleja el sentir general de impotencia ante la falta de regulación en los precios.
«Empezando el día una se empinga. Los boteros del parque de La Fraternidad a La Lisa contando sus hazañas de subir el pasaje y cito: ‘Como si viene Díaz Canel, es mi precio’ Y quién los culpa si no tienen tope», publicó la joven.
El post sirvió para el desahogo de muchos, que justo debajo comenzaron a exponer cada uno de sus pareceres y problemas.
Ernesto de Armas comentó sobre la valentía que se requiere y necesita para vivir en Cuba actualmente, dado el constante aumento de precios y la vida difícil que enfrentan los cubanos; mientras que Yasser Vazquez Aguila cuestionó la capacidad de respuesta del Gobierno Cubano y el Ministerio del Transporte ante esta situación.
Victor Mendez señaló que el gobierno es incapaz de regular los precios sin comprometer el ya frágil sistema de transporte.
El aumento de precios en el combustible, según Raúl Marchena y Laura Martin Neto, ha sido una justificación para los boteros para elevar sus tarifas, aunque estos aumentos precedieron a los del combustible. Ambos señalan al gobierno como el principal responsable de esta crisis.
Otros incluso «defienden a los boteros», argumentando que los aumentos son una reacción lógica a las presiones económicas y la falta de regulación. Sin embargo, el consenso general parece ser que el problema radica en la estructura gubernamental y su incapacidad para manejar la economía de manera efectiva.
«Interesante» resulta lo dicho por el internauta Poe Cid y la respuesta recibida por Ariel Díaz Peña. El primero relató el calvario vivido ayer por un amigo suyo, botero, que estuvo tres días en una cola para poder echar combustible, alejado de su hogar y su esposa, embarazada, que evidentemente pudiera necesitarlo en la casa.
Según contó, al pobre hombre trataron de abrirle el carro por la madrugada. Finalmente logró echar combustible, pero tuvo que emplear un día en descansar. Como resultado perdió 4 días de trabajo en el mes. O sea: que en una lógica matemática ese hombre trabaja solamente alrededor de 8 días al mes. ¡Insuficiente!
Díaz Peña, abrumado por lo sufrido por el amigo de Poe Cid respondió que él en su casa no tiene arroz, y que además, ayer se le rompió el televisor. Debido a la falta de transporte – o dinero – ayer tuvo que caminar 5 kilómetros para grabar un programa de tv en el cual solo 1200 cup – 600 pesos menos que un cartón de huevos – y que además, en el edificio donde vive la fosa se tupió y entre los vecinos debieron reunir 6 mil pesos para pagarle a una pipa del estado, para resolver el problema.
La situación del transporte en Cuba es reflejo de una crisis económica más amplia, donde las decisiones gubernamentales y las realidades del mercado están en conflicto, dejando a la población en una situación de incertidumbre y frustración.
Y entre tantas «ideas novedosas», hay quien incluso pide que el gobierno de bicicletas, como en los años 90´para «superar» la crisis.
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