Las historias de Jorge Santana Álvarez y el anciano acogido en Jagüey Grande son solo dos ejemplos de las muchas dificultades que enfrentan los ancianos en Cuba.
Existe una necesidad urgente de reforzar la legislación y su aplicación en Cuba, para proteger no solo a los animales domésticos sino también para preservar valores culturales y éticos relacionados con el trato hacia los animales.
Mientras los turistas disfrutan de comidas refinadas, bebidas y música, muchos cubanos enfrentan la dura realidad de no saber si tendrán algo para comer al día siguiente. Es un contraste doloroso que refleja las prioridades del gobierno cubano y la profunda desigualdad que vive el país.