Hasta agosto del 2024, 1,615 «matarifes cubanos» fueron juzgados por el delito de sacrificio ilegal de ganado mayor. La noticia posee una gran relevancia porque, las cifras de reses y caballos muertos a manos de los llamados «matarifes» ha estado oculta durante meses, por orientación «celestial» venida desde lo más alto del Comité Central.
No exajero. Al menos dos periodistas de renombre, oficialistas ambas, desistieron de abordar el fenómeno en sus respectivos rotativos cuando, las estadísticas le fueron negadas. Esta revelación de 1,615 cubanos juzgados hasta agosto de este año por el delito, revela a las claras el grave problema que enfrenta el país con este fenómeno, que ha tenido en las provincias de Villa Clara, Holguín, Matanzas y Las Tunas, a sus más «célebres matarifes», a juzgar por los reportes extraoficiales aparecidos en las redes sociales de manos de los perfiles vinculados al Ministerio del Interior, la PNR y la Seguridad del Estado en la isla.
Según refleja el diario oficialista Granma, en los primeros ocho meses de 2024, los tribunales cubanos procesaron a 1,615 personas por delitos relacionados con el sacrificio ilegal de ganado mayor y el tráfico de su carne, en una cifra récord para este tipo de delitos en la Isla. Un 90% de los acusados recibió penas de cárcel, y un 78% enfrenta condenas de hasta 15 años.
Este auge en los juicios refleja la grave crisis en el sector ganadero cubano, donde el robo y sacrificio de ganado se ha disparado debido a la falta de alternativas económicas para campesinos y ganaderos. Y es «interesante» el modo en que el régimen manipula la información, pues oculta la cantidad de hechos y lo enmascara en el número de enjuiciados, que bien pudiera dar la sensación de que, por ejemplo, hubo parejas, o tríos, o cuartetos de matarifes, involucrados en el sacrificio de una sola res, cuando esa no suele ser la norma.
La represión contra los llamados «matarifes»
La represión contra los llamados «matarifes» —personas que sacrifican y venden carne de res de manera ilegal— es particularmente intensa en provincias como Villa Clara, Ciego de Ávila y Matanzas.
Allí, se reportan robos diarios de ganado que han reducido drásticamente la población de reses y afectado a los productores. Según fuentes de Cuballama, solo en Ciego de Ávila se sacrificaron ilegalmente alrededor de 1,700 cabezas de ganado en 2023, lo cual generó pérdidas de millones de pesos para la economía local.
En Villa Clara es tan grave el asunto, que en marzo de este año, la prensa oficial reconocía que más del 50% de los delitos reportados en esa provincia, estaban vinculados al sacrificio ilegal de ganado.
El robo de ganado y su venta ilegal generaban por entonces, un promedio de 40 denuncias diarias en la provincia.
Las autoridades se jactaban de haber impuesto multas superiores a dos millones de pesos y de haber desarticulado varias bandas criminales dedicadas a estas actividades pero, a pesar de los operativos y las sanciones, el problema persistía, impulsado en gran medida por la crisis económica y alimentaria que atraviesa el país.
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Dentro de las medidas de contención contra los «matarifes», está el “ejercicio de control del uso y tenencia de la tierra y la ganadería”, que fue lanzado en marzo por el gobierno cubano para intentar detener el aumento de estos delitos, visitando a más de 80,000 tenentes de ganado en toda la isla.
Sin embargo, las medidas represivas, que incluyen la confiscación de bienes y otros castigos, han sido criticadas por su severidad. Las penas para quienes participan en el tráfico o sacrificio de ganado van de 3 a 15 años, dependiendo del rol en el delito y si los acusados buscan vender la carne a establecimientos comerciales.
La situación también destaca la precariedad de la ganadería cubana.
Campesinos han denunciado la falta de recursos como forraje y medicamentos, señalando que el sacrificio ilegal se ha vuelto un recurso desesperado en un sector colapsado por el control estatal.
Aunque el gobierno culpa a los “matarifes” por la debacle ganadera, ganaderos y economistas apuntan a que la solución de fondo pasa por permitir la autonomía y privatización del sector, así como por mejoras en la infraestructura y el abastecimiento para quienes crían ganado en la isla.
Las grandes verdades ocultas detrás de todo esto son dos: una, el inmenso número de reses sacrificadas ilegalmente en el país. Dos, que al reducirse el número de la masa ganadera, disminuye la entrega de leche a la población. Ambas cosas, al régimen no les interesa dar a conocer.
Sin dudas todo un Récord Guinness, que no sabemo si algún día el régimen cubano le interese homologar.
Nota: te recomendamos leer varios de los artículos sobre este fenómeno que Cuballama Noticias ha cubierto a partir de los reportes extraoficiales en redes sociales y de fuentes periodísticas desde dentro de la isla.
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