Sería el más alto cargo que un oriundo de Cuba ostenta en una administración norteamericana. Superior al nombramiento de Alejandro Mayorkas como Secretario del Departamento de Seguridad Nacional.
Tras ser descartado como compañero de fórmula de Donald Trump, Marco Rubio pudiera ocupar este importantísimo puesto en su gabinete, si es que Trump resulta finalmente vencedor en las elecciones de noviembre
En un giro político que pocos anticiparon pero algunos previeron, fuentes cercanas a la Casa Blanca indican que el senador cubanoamericano Marco Rubio pudiera ser considerado para el cargo de Secretario de Estado en la administración del presidente Donald Trump.
Este posible nombramiento, que sugiere que las tensiones previas y los enfrentamientos personales entre ambos políticos durante las primarias republicanas de 2016 han sido dejados atrás, podría tener profundas implicaciones para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, así como para la comunidad cubana tanto dentro de la isla como en territorio estadounidense.
Al menos así lo cree la Congresista cubanoamericana Maria Elvira Salazar, quien en una entrevista con el periodista cubanoamericano también, Mario Vallejo, aseguró que Rubio tiene todas las papeletas en el bolsillo para ser nombrado a tan importante cargo.
La posible nominación de Rubio, conocido por su postura firme y crítica hacia el gobierno cubano, representaría un potencial cambio significativo en la política exterior estadounidense hacia Cuba. Rubio ha abogado consistentemente por una línea dura contra el régimen cubano, apoyando sanciones y políticas que promuevan los derechos humanos y la democratización en la isla.
Su ascenso a Secretario de Estado podría endurecer aún más las relaciones bilaterales, llevando a un aumento en las sanciones y en la presión internacional, lo cual pondría al régimen de La Habana en una posición aún más desafiante en el ámbito global.
Esto incluye restricciones más estrictas en el comercio y la inversión, así como limitaciones en el envío de remesas, lo cual ha sido un tema de constante debate en la política estadounidense hacia Cuba. Aunque estas medidas buscan presionar al gobierno cubano, también podrían tener efectos adversos sobre la población civil, exacerbando las ya difíciles condiciones económicas y sociales.
Dado el historial y las posturas previas de Rubio, especialmente su enfoque crítico hacia el gobierno cubano y su activa participación en temas como los ataques sónicos en La Habana, podemos anticipar varios escenarios clave:
Aumento de sanciones y recrudecimiento del embargo
Marco Rubio ha sido un firme defensor de mantener y ampliar el embargo comercial a Cuba, viéndolo como una herramienta de presión para fomentar cambios políticos y de derechos humanos en la isla. Bajo su liderazgo en el Departamento de Estado, es probable que las sanciones se intensifiquen. Esto podría incluir restricciones adicionales en las transacciones financieras y comerciales entre empresas estadounidenses y cubanas, así como limitaciones más estrictas en las inversiones.
Es obvio que también, se derogarían algunas de las facilidades dadas a La Habana por el efecto Obama-Biden.
Cierre de la Embajada de EE.UU. en Cuba
Dado que Rubio fue uno de los más vocales en el Senado sobre los incidentes de los ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana, culpando directamente al gobierno cubano, su nombramiento podría llevar a una revisión de la presencia diplomática de EE.UU. en Cuba.
No sería sorprendente si propone el cierre de la embajada como una medida de seguridad y como una declaración política contra el gobierno cubano, revirtiendo los esfuerzos de normalización de las relaciones iniciados bajo la administración Obama.
Esto provocaría retrasos obvios en los procesamientos de los casos que involucran la Reunificación Familiar.
Impacto en las empresas estadounidenses que comercian con La Habana
Para las empresas estadounidenses que actualmente tienen la autorización para comerciar con Cuba bajo licencias específicas, un endurecimiento de las políticas podría resultar en la revocación de dichas licencias o en la imposición de regulaciones más estrictas. Esto limitaría su capacidad para operar y podría cerrar efectivamente muchos de los canales comerciales existentes.
Restricciones en los viajes a Cuba
Rubio ha expresado su apoyo a restricciones más severas en los viajes a Cuba por parte de ciudadanos estadounidenses y residentes. Esto podría incluir la eliminación de algunas de las categorías de viaje autorizadas bajo las regulaciones de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros), haciendo más difícil para los estadounidenses visitar la isla excepto bajo circunstancias muy específicas y controladas.
Legislación y proyectos de ley relacionados con el embargo
El ambiente en el Senado podría enfrentar un cambio significativo si Rubio se convierte en Secretario de Estado.
Si bien algunos senadores han propuesto legislaciones para levantar o suavizar el embargo, la influencia de Rubio podría inclinar la balanza hacia una postura más dura, frenando cualquier intento de legislar en contra del embargo. Su posición de liderazgo podría fortalecer a aquellos que abogan por mantener o incluso intensificar las restricciones actuales, posiblemente afectando las dinámicas legislativas y la viabilidad de tales propuestas de ley.
Efectos sobre los cubanos en Estados Unidos
Para los cubanos residentes en Estados Unidos, especialmente aquellos que han recibido asilo político y mantienen lazos con su país de origen, el liderazgo de Rubio podría significar cambios significativos en las políticas de viaje y remesas a Cuba.
Recientemente, Rubio se ha pronunciado a favor de restringir los viajes de cubanos residentes en Estados Unidos a la isla, una postura que podría restringir la capacidad de estos individuos para visitar a sus familias. Además, cualquier restricción adicional sobre las remesas afectaría directamente a las economías domésticas de innumerables familias cubanas que dependen de estos fondos para su subsistencia diaria.
Su alegato no está en contra de los lazos entre las familias de ambas orillas. Rubio no está en contra de la reunificación familiar, ni tampoco de que los cubanos viajen a la isla a ver a sus familiares queridos. Lo que el actual senador ha manifestado, y con toda la razón del mundo, es que miles de cubanos llegan a las fronteras de los EE.UU. alegando ser perseguidos en la isla, solicitando acogerse a la protección que brinda un Asilo Político, y luego al año y un día, acogerse a la Ley de Ajuste Cubano – un logro del exilio histórico verdaderamente perseguido y violentado en la isla – para regularizar su status migratorio.
Rubio está en contra de que aquellos que, argumentando ser perseguidos en la isla, llegan a EE.UU. y una vez que son residentes, lo primero que hacen es viajar de regreso al país en el que dijeron, un año y unos meses antes, que su vida corría peligro.
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La potencial nominación de Marco Rubio como Secretario de Estado es un claro indicativo de la dirección que la administración Trump podría estar dispuesta a tomar en su política hacia Cuba.
Con consecuencias que resonarían tanto dentro de la isla como en la diáspora cubana en Estados Unidos, el nombramiento sugeriría una era de mayor confrontación y desafíos diplomáticos, con drásticos cambios que podrían redefinir el tejido de sus conexiones transnacionales y la relación entre ambos gobiernos.