Dos fidelistas convencidos, los periodistas oficialistas Arnaldo Mirabal Hernández y Ana Ivis Galán, parecen estar muy molestos por el alza de los precios en Cuba.
Ana Ivis «criticó» con dos palabras el alza del precio de la carne de cerdo en Cuba, en un post – un meme – que compartió en su perfil de Facebook donde aparece un puerco con alas.
«Pa´llorar,» escribió esta «veterana» de las letras en Cuba, y sin dudas debe estar llorando ella que, según cuenta una fuente muy cercana a ella «sufre con su escaso salario». Ese que no alcanza nunca, si es que algún salario en la isla alcanza.
Otro que se quejó duramente del alza de los precios en Cuba, la inflación y su bajo salario, fue el periodista matancero Arnaldo Mirabal Hernández, un fidelista convencido que en algún momento de su aun corta carrera periodística estaba convencido de que desde las letras y con el alma de Fidel Castro en el medio de su pecho podía cambiar Cuba.
Sus trabajos en el medio matancero Girón, de hace 5 años así lo presagiaban hasta que un día chocó contra el muro que había logrado sortear con relativo éxito.
Investigando el robo de unos bancos de mármol en la vía pública de Matanzas, no solo descubrió que estos habían aparecido en los patios de «ciertas casas», sino que también un escándalo de corrupción involucraba la compra de los bancos con el nombre de la «más alta» funcionaria del gobierno en la provincia por el medio «del cheque» de la compra.
Hasta ese día duró su valentía. Ni siquiera pudo escribir la segunda parte de un artículo que prometía, entre otras cosas, meter tras las rejas a la corrupta funcionaria. La Seguridad del Estado lo citó, amenazó, y Arnaldo de pronto optó por la solución que le parecía más viable y nunca apareció: una beca en el extranjero.
Sí,irse.
Sin embargo, esa beca nunca llegó a sus manos; fue perdiendo poco a poco los escasos amigos que le quedaban desde los años de estudio en la Universidad y terminó ejerciendo en su perfil de Facebook – el cual abandonó por un tiempo – severas críticas contra los EE.UU. y Miami, lo que eventualmente le garantizó de vuelta la confianza del régimen hacia su fidelismo y espíritu revolucionario.
Ahora, Arnaldo, se quejó de que la tacita de café que él se tomaba en la Terminal de Matanzas, no cuesta 3 CUP, si no cinco pesos.
Y así se quejaba del alza de los precios en Cuba, o al menos del café:
«(…) me enfrento cada día a la maldita circunstancia de los altos precios por todas partes…. hoy amanecí con la triste realidad de que una taza de café ya no cuesta tres sino cinco pesos….. los establecimientos particulares de la terminal de ómnibus de Matanzas se pusieron de acuerdo para comercializarlo a ese valor….¿ hasta cuándo la morosidad para atajar la escalada de precios? (Te ofrecen la misma cantidad -una tacita minúscula- y no tiene el sabor del café que se comercializa en MLC: «es el mismo de la bodega» te diría un avezado consumidor),» concluyó.
Muy probablemente ahora arremetan contra la prensa «independiente» que los ha mencionado, como vía de escape a sus frustraciones salariales.
De seguro de nada les servirá a una, para que le regalen 10 libras de cerdo, ni al otro para que le regalen una bolsa de café. Ni siquiera, les subirán el salario; y el alza de los precios en Cuba continuará su tendencia «a eso»: al alza.
Se llama INFLACION.
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