El clima de inseguridad que vive en Cuba ya pasa de castaño a oscuro: la tranquilidad ciudadana siempre fue el consuelo de los cubanos para sobrellevar la precariedad económica y la falta de pluralidad política, pero ya ni eso… Cada día las redes sociales y medios alternativos reportan asaltos, estafas, feminicidios, asesinatos y robos de diversa índole, que la gente atribuye tanto a la crisis económica y moral, como a la falta de dureza en los castigos contra los delincuentes.
De hecho, durante años se ha afianzado el criterio de que en Cuba es peor matar a una vaca que a una persona, por la dureza de las condenas. El reciente arresto en La Habana Vieja de una banda especializada en el robo con violencia con arma blanca dio pie al desahogo de la ciudadanía en redes sociales…
Se trata de la detención de dos hombres y una mujer que se dedicaban a citar a sus víctimas por redes sociales, mediante un perfil falso, con el supuesto objetivo de cambiar divisas: las convocaban a un edificio con varias salidas, y ya en el primero o segundo piso les hacían una encerrona y con cuchillos largos, estilo “matavacas”, les robaban el dinero y pertenencias.
La imagen de los delincuentes, con los ojos cubiertos con parches digitales para “ocultar” su identidad, muestra a personas jóvenes. “Porque no muestran la cara para uno saber cuándo lo suelten, xq a esos le dan un tiempo y luego lo sueltan”, escribió una usuaria de Facebook. “Debieran destaparles las caras para que el pueblo sepa y quienes hayan sido sus víctimas, puedan identificarlos.”, exige otra.
También abundaron los comentaristas que señalaban que otras personas cumplen penas más severas tan solo por exigir libertad y democracia para Cuba. Hubo quien pidió la excarcelación de un preso político por cada delincuente común atrapado. Sin embargo, el gobierno de Cuba siempre ha negado la existencia de presos políticos en la isla, bajo el amparo de tecnicismos legales y un código penal hecho a la medida.
“Cadena perpetua para todos. Muchas familias han perdido seres queridos por culpa de ellos. Ya no se puede pasar más la mano”, demandó un lector. “Que los refundan en la cárcel, nadie tiene derecho a hacerle la vida a los cubanos más difícil de lo que es ya para quitarnos también la tranquilidad”, alega otro.
Todos, en general, lamentan que gente tan joven sea tan indolente como para perjudicar a sus semejantes, y consideran que las causas son muchas, aunque la mayoría apunta a la falta de oportunidades, y el sesgo de unas autoridades cuya prioridad parecer ser perseguir a quien amenace el “status quo” político, no a quien contravenga la ley.
