Comiendo mucho plátanos. Así asegura nuestro colaborador Pedrito, desde Cienfuegos, que se están «sosteniendo» algunos de sus vecinos en el barrio, una vez que la temporada del mango ha finalizado.
Asegura él que, mucho puré con plátanos hervidos, cocinados con leña en algunos casos, constituyen el salvavidas del barrio. Incluso él asegura que en otros barrios sucede lo mismo. O deba suceder lo mismo.
«Nada de chicharritas o tachinos. Eso se reserva para cuando consigues aceite. El plátano es lo más barato que se encuentra uno, y las matas de plátanos se dan donde quiera,» dice vía telefónica mientras lanza una perla.
«¿Te acuerdas de Aurelio? El cuarto de su hija, la que se fue, lo cogió para criar conejos y gallinas. Yo le vendí un par de conejos ¡Ten cuidado hasta no llene de tierra el cuarto y siembre! La cosa está mala.»
La magia del plátano parece haber llegado a Santiago de Cuba. Allí, según un tuit publicado por la periodista cubana Mónica Baró, un anciano está logrando sobrevivir gracias a la vianda.
Ante la grave escasez de alimentos en la isla, este hombre ha encontrado en los plátanos su principal fuente de sustento.
En el video, se puede observar al anciano extremadamente delgado mientras come los trozos de plátano que quedan en un cubo de cáscaras. Una triste realidad que refleja la difícil situación que enfrentan muchos ancianos en Cuba, donde la pobreza se ha disparado en los últimos meses.
Según el Observatorio Cubano Derechos Humanos, suman muchos los cubanos, personas ancianas en su mayoría, que sobreviven pidiendo limosna o vendiendo productos en las calles de Santiago de Cuba. La situación es desesperanzadora, con el 72% de los cubanos viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
«Aquí, al menos nadie que yo conozca ha caído en eso, compadre, por suerte,» dice Pedrito desde Cienfuegos.
Si bien la realidad de miseria en la isla es innegable, la gente trata de sacar el ingenio que puede para la «resistencia», una tarea que no solo golpea a los más veteranos, también a los jóvenes.
Desde Cienfuegos también, un amigo confirma lo dicho por Pedro.
«Aquí se está viviendo una bien fea… pero te aseguro que es para coger miedo (…) papo, nada, cuando tienes dinero, no hay comida, cuándo encuentras comida, no alcanza el dinero y toca sacar de la reserva, cuando tienes comida, no hay dinero para hacer nada, cuando puedes hacer algo, todo está incompleto… men, aquí nada, pero nada de nada funciona… loco el yuma que venga a vacacionar aquí!!! Pero loco!!!,» señala A.R
Lo cierto es que la escasez de alimentos y los altos precios han llevado a muchos cubanos a sustituir sus «dietas» con frutas como el mango, y con viandas como el plátano – ¡ni soñar con la papa o la malanga! – en todas las comidas.
La falta de cumplimiento de las promesas del régimen en cuanto a productos alimenticios ha empeorado la situación, y cada vez es más difícil encontrar suficiente comida para satisfacer las necesidades básicas. No pocas personas se saltan el llamado almuerzo.
La población se encuentra cada vez más limitada en cuanto a opciones de alimentos, dependiendo en gran medida de «rarezas» como los plátanos para su sustento.
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