La comunidad internacional y las autoridades cubanas deben trabajar conjuntamente para garantizar un retorno seguro para los cubanos en Haití, evitando que se conviertan en víctimas de una crisis que se profundiza día a día.
La situación en Haití demanda una respuesta rápida y efectiva, asegurando la protección y el bienestar de todos los implicados.
La trágica noticia sobre la presunta muerte de los médicos cubanos Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández en Kenia a manos de la milicia de Al-Shabaab, según reportes de sus secuestradores, ha revivido el temor y la consternación en Cuba. Este desafortunado evento ha obligado a la nación caribeña a trazar un plan de emergencia para sacar a sus ciudadanos atrapados en otra crisis humanitaria: la escalada de violencia en Haití.
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No se trata de un recuerdo lejano en el tiempo, si bien Landy y Assel fueron secuestrados desde abril de 2019. La presunta muerte no confirmada de ambos en las primeras horas del 15 de febrero de 2024, bajo ataques con drones presuntamente ejecutados por Estados Unidos en Jilib, Somalia, resultaron en la muerte de Herrera y Rodríguez, causando un profundo dolor entre sus compatriotas y recordando los riesgos a los que se exponen los cubanos en el exterior; el mismo riesgo y la misma preocupación que se vive ahora.
Aproximadamente 200 cubanos se encuentran en un limbo de incertidumbre y peligro, exacerbado por una ola de violencia sin precedentes en Haití.
Los recientes ataques de bandas armadas, incluyendo el asalto a la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe y un ataque en el aeropuerto «Toussaint Louverture», han paralizado las operaciones, dejando a estos cubanos, en su mayoría dedicados a la reventa de productos en Cuba, incapaces de regresar a la isla.
La embajada cubana en Puerto Príncipe, bajo la dirección del canciller Bruno Rodríguez, ha comenzado a coordinar un plan de evacuación que tiene un grave escollo y es este: depende de la reapertura del aeropuerto, actualmente controlado por grupos criminales.
¿Se pudiera idear un plan para una extracción por tierra entonces? ¿Por el puerto? No sin «la anuencia» de los rebeldes, pues las pandillas han expandido su control en Haití más allá de los barrios marginales hacia áreas clave para la economía y el sistema judicial; áreas del centro de la capital, donde precisamente se encuentran los cubanos y ello incluye el área del puerto.
Además, los enfrentamientos entre las distintas pandillas han bloqueado rutas importantes, incluida la principal carretera que une a Puerto Príncipe con el sur.
Este bloqueo de carreteras ha exacerbado la violencia en la capital y otras áreas, obligando al gobierno de Henry a solicitar ayuda internacional para combatir la violencia de las pandillas y mejorar las condiciones de seguridad .
Insight Crime lo explica mejor: «hay rivalidad entre pandillas para lograr el control permanente de la Autopista Nacional 1; y la pandilla haitiana 400 Mawozo ha demostrado las ventajas de controlar las carreteras alrededor de Puerto Príncipe. «
El portal señala que «otro grupo controla el suburbio de Croix-des-Bouquets, que se encuentra en la vía que conecta la capital de Haití con República Dominicana.
«La pandilla ha instalado barricadas en la carretera,» agrega.
A pesar de las promesas del gobierno de facilitar el retorno y el transporte interno una vez en Cuba, no se ha proporcionado una fecha clara para el regreso de estos ciudadanos.
La Embajada dijo en su «comunicado oficial» que ellos han «mantenido contacto sistemático con la Asociación de Cubanos Residentes en Haití y con los cubanos que (…) no han podido regresar a Cuba».
Dijo que «el representante de Cubana de Aviación, integrante de la misión estatal cubana en Haití, ha establecido contacto telefónico y presencial con las 32 casas de renta donde están hospedados la mayoría de los pasajeros cubanos de los vuelos cancelados por la compañía Sunrise Airways desde el 29 de febrero» y que asimismo «mantiene comunicación con Barbara Joseph, especialista comercial de Sunrise.»
Un detalla resalta del comunicado y es este: que si bien está listo el plan, este depende de que «se retomen las operaciones áreas en el aeropuerto Toussaint Louverture,» aeropuerto que, como dijimos, está en manos de los rebeldes, y se desconoce si estos han dañado la logística operacional de la terminal aérea o no.
¿Qué se espera en los próximos días?
Según se conoce está programada la llegada de una fuerza multinacional liderada por Kenia en los próximos días a la capital haitiana.
La fuerza tiene como objetivo principal crear condiciones de seguridad en Haití y sobre todo hacer frente a las pandillas armadas.
Se trata de pandillas, no tribales, sino de pandillas fuertemente armadas, convertidas en milicias armadas poderosas, que en algunos casos han logrado unificar fuerzas bajo una estructura de «familias», manteniendo control sobre territorios ocupados.
La comunidad internacional y Haití se enfrentan a un gran desafío al tratar de restablecer la paz y la seguridad, especialmente considerando el poder y la resistencia de estas pandillas e incluso, tras la intervención militar, si esta resulta positiva, se requerirán estrategias a largo plazo.
Este escenario refleja no solo la vulnerabilidad de los cubanos en el extranjero sino también la necesidad de acciones concretas por parte del gobierno cubano para proteger a sus ciudadanos.
La muerte de Landy y Assel, aunque no confirmada oficialmente, ha servido como un doloroso recordatorio de los riesgos inherentes a las misiones internacionales y la urgencia de desarrollar protocolos eficaces para situaciones de crisis en las que se vean envueltos ciudadanos cubanos.
