Migrantes se apresuran hacia la frontera de Estados Unidos a medida que expiran las restricciones por la pandemia del Título 42, lo que presiona el sistema de inmigración de Estados Unidos.
El portal Local 10 News publicó hoy dos trabajos referentes al tema.
En uno de ellos afirmaba que el viernes marcó el comienzo de una nueva era de cumplimiento de las leyes de inmigración en Estados Unidos, con el fin de una restricción de asilo de tres años y la implementación de un conjunto de nuevas reglas estrictas que la administración de Biden espera que estabilicen la frontera entre Estados Unidos y México y que los migrantes soliciten protección donde se encuentren, evitando así el peligroso viaje hacia el norte.
Dijo además que la transición no ha sido sencilla, y señala que incluso cuando la antigua política conocida como Título 42 expiró, los migrantes a lo largo de la frontera seguían cruzando el Río Grande para intentar ingresar al país, desafiando a los funcionarios que les ordenaban que se dieran la vuelta.
En el otro trabajo periodístico indican que el gobierno de Biden ha afirmado que las nuevas políticas tienen como objetivo tanto frenar los cruces ilegales como ofrecer una nueva vía legal para los migrantes que gastan miles de dólares en operaciones de contrabando para llegar a la frontera entre Estados Unidos y México.
Ahora, a los migrantes se les impide solicitar asilo en Estados Unidos si primero no buscaron protección en los países por los que viajaron o no presentaron una solicitud en línea. Las familias que se les permita ingresar mientras avanzan sus casos de inmigración estarán sujetas a toques de queda y monitoreo por GPS. Mientras tanto, se establecerán centros de migración en Colombia y Guatemala, con planes de abrir 100 más en el Hemisferio Occidental, expresa el medio.
Si funciona, podría cambiar fundamentalmente la forma en que los migrantes llegan a la frontera sur. Sin embargo, el presidente Joe Biden, quien busca la reelección, está enfrentando críticas contundentes de los defensores de los migrantes que dicen que está abandonando métodos más humanitarios y de los republicanos que afirman que es débil en cuanto a la seguridad fronteriza.
En Matamoros, México, al otro lado del Río Grande desde Brownsville, Texas, familias de migrantes, con algunos padres sosteniendo a sus hijos, dudaron solo brevemente cuando pasó la fecha límite antes de ingresar a las aguas del Río Grande, sosteniendo sus teléfonos móviles por encima del agua para iluminar el camino mientras los funcionarios de Estados Unidos les gritaban que se dieran la vuelta.
«Ten cuidado con los niños», gritó un funcionario a través de un megáfono. «Es especialmente peligroso para los niños».
Por separado, en un campamento improvisado de migrantes junto a un puente fronterizo en Ciudad Juárez, frente a El Paso, Texas, los teléfonos móviles estaban encendidos mientras los migrantes intentaban reservar una cita de asilo en línea a través de una aplicación administrada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Mientras esto sucede, el gobernante mexicano Andrés Manuel López Obrador decidió dárselas de iluminado y ofreció lo que para él es la solución perfecta para evitar el tráfico de los migrantes por su territorio. Al menos de aquellos provenientes de Cuba y Venezuela.
AMLO, despertó por el lado izquierdo de la cama y dijo que si EE.UU. elimina sus sanciones económicas a esos dos países, el problema estaría resuelto. Los comentarios de López Obrador se produjeron cuando los migrantes se reunieron en la frontera entre Estados Unidos y México, antes del vencimiento de las restricciones fronterizas de la era de la pandemia.
Así lo recoge el diario Jamaica Observer que, haciéndose eco de las palabras de AMLO, resume que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado a los Estados Unidos «a resolver sus diferencias con Venezuela y Cuba para reducir el flujo de inmigrantes indocumentados de estos países.»
López Obrador, afirma el medio, enfatizó la importancia de buscar soluciones diplomáticas y abordar las causas profundas de la migración en América Latina y el Caribe, como la pobreza y el abandono.
Agregó que los Estados Unidos impone un embargo a Cuba desde 1962 y mantiene estrictas sanciones contra Venezuela, que contribuyen a las crisis económicas en ambos países.
Nada dijo AMLO de la deficiente preparación político-económico-social y cultural de los dirigentes y funcionarios «socialistas» de ambos países, así como del fracaso de la ideología socialista en el mundo entero, donde quiera que se ha establecido.
Decirlo, sería asumir que entonces, el culpable, no es los Estados Unidos.
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