En los últimos meses, la ciudad de Miami ha experimentado una serie de incidentes que han dejado a muchos residentes preguntándose sobre las causas de este comportamiento «alterado» entre sus habitantes. Algunos sugieren, con un toque de sarcasmo, que la escasez de huevos y su elevado precio podrían ser los culpables de este ambiente tenso.
En el día de ayer conocimos de que un hombre formó un alboroto tal por una multa de apenas $25 dólares, que terminó amenazando de muerte a un funcionario público, lo cual le acarreó cargos mucho más severos; y conocimos que una madre le entró literalmente a guitarrazos a su hija por esta «hacerla esperar» demasiado.
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Ambos hechos, violentos en sí mismos, compiten en absurdo con otros que recién conocimos hoy.
Uno de los eventos absurdos más destacados ocurrió en enero de 2025 en Norman’s Tavern, un bar muy concurrido ubicado en el 6770 de Collins Avenue, Miami Beach.
Michael John Nixon, un visitante de 42 años de Arlington, Virginia, acumuló una cuenta de bar de $130.81 que se negó a pagar. Cuando el personal le solicitó el pago, Nixon respondió con una serie de insultos racistas y xenófobos dirigidos al personal hispano del establecimiento.
Entre sus comentarios, se le escuchó decir: «Hola. English, motherf—er. I live in America. You speak English» y «F—ing Trump is going to deport your a–«. La situación escaló cuando Nixon agredió físicamente a un empleado, lo que llevó a su arresto por cargos de agresión con prejuicio, vandalismo, fraude y conducta desordenada. Y por supuesto, debió – o deberá – pagar la cuenta del restaurante.
Así lo dio a conocer local10.com, quien también nos hizo saber que en otro incidente similar, un hombre fue arrestado en Miami Shores por hacer una amenaza de bomba en un supermercado Publix.
Christopher Kory Pike, de 44 años, fue detenido después de que un empleado de Publix lo escuchara gritar: «This is a bomb. F— you, call the police!». Aunque el dispositivo resultó ser un calentador de agua sin tanque, Pike enfrenta cargos por hacer un informe falso sobre la colocación de una bomba y posesión ilegal de un artefacto simulado durante la comisión de un delito grave.
Estos eventos subrayan una creciente tensión en la comunidad de Miami. Si bien es tentador culpar a la escasez de huevos y al aumento de sus precios por el comportamiento «alterado» de algunos individuos, es más probable que estos incidentes reflejen problemas más profundos relacionados con la intolerancia, el estrés económico y las divisiones sociales.
La violencia también llegó al corazón de la ciudad de Miami, donde la policía investiga el asesinato de un hombre de 59 años que fue apuñalado afuera del restaurante Cacique, en el 112 W. Flagler St. El incidente ocurrió en la tarde del miércoles, cuando testigos vieron a la víctima desplomarse sobre la acera mientras un charco de sangre se expandía a su alrededor.
El hombre fue trasladado en estado crítico al Ryder Trauma Center del Jackson Memorial Hospital, donde finalmente falleció. La policía no ha identificado al atacante, quien sigue prófugo. Este crimen ocurre solo un día después de otro asesinato a puñaladas en un trolebús en el barrio de Edgewater.
Mientras tanto, en el suroeste de Miami-Dade, un accidente de tránsito dejó dos muertos la noche del martes. Según la Patrulla de Carreteras de Florida (FHP), el choque ocurrió en Bird Road y la 88th Court cuando un Toyota Corolla intentó girar a la izquierda en un momento en el que no debió hacerlo y fue embestido por una Ford Expedition.
Las dos personas a bordo del Corolla murieron en el acto. Bird Road fue cerrada mientras los investigadores analizaban la escena, pero hasta el momento no se han dado detalles sobre los ocupantes ni sobre posibles cargos.
Los cuatro incidentes reflejan un aumento en la violencia y la tensión que se respira en Miami. Ya sea por ataques racistas, amenazas de bomba, crímenes violentos o accidentes mortales, la ciudad parece estar en un punto de ebullición. ¿Es el clima político? ¿Es la crisis económica? ¿La renta que no baja? ¿El precio de las casas? ¿O será simplemente que la gente está al borde de un colapso nervioso? Lo que está claro es que la normalidad en Miami sigue estando cada vez más lejana.
