Una inesperada «guerra de carteles» se ha desatado en Miami, evidenciando tensiones políticas entre cubanos exiliados, migrantes recién llegados y simpatizantes de partidos rivales. Todo comenzó con la colocación de una valla publicitaria financiada por el Caucus Hispano Demócrata del Condado Miami-Dade, que acusaba de «traidores» a los congresistas republicanos Marco Rubio, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart por no defender a los inmigrantes.
Estos legisladores, conocidos peyorativamente como la «Banda de los Cuatro», habían obtenido un respaldo significativo en el sur de Florida, sobre todo dentro de la comunidad de Miami – Dade a la cual representan, con promesas a favor de los inmigrantes. Sin embargo, tras la elección presidencial y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, las políticas migratorias implementadas han afectado gravemente a comunidades venezolanas y cubanas, incluyendo la eliminación del parole humanitario, la amenaza al TPS y la cancelación de ayudas como SNAP, tal y como señala el diario español El País.
La valla, situada estratégicamente en la autopista Palmetto, entre Doral y Hialeah, generó reacciones mixtas en la comunidad. Como respuesta, en Hialeah apareció otro cartel con las imágenes de Fidel Castro, Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, acompañado del mensaje: “Los verdaderos traidores”. Para quienes lo colocaron, la valla inicial fue una afrenta que merecía una respuesta señalando a quienes consideran los verdaderos enemigos del pueblo cubano.
El intercambio de propaganda visual ha encendido las redes sociales. Figuras como el influencer y periodista Yusnaby Pérez documentaron el nuevo cartel y celebraron lo que muchos califican como una “respuesta contundente” desde la comunidad del I-220A, el grupo de cubanos que ha ingresado recientemente a Estados Unidos bajo orden de supervisión migratoria. Algunos de estos nuevos inmigrantes salieron en defensa de los congresistas, recordando que, aunque estos políticos no siempre actúan a favor de medidas migratorias abiertas, sí han mantenido una postura firme contra las dictaduras latinoamericanas.
El debate no se ha limitado a las vallas: los comentarios en redes son una mezcla de sarcasmo, desencanto y polarización extrema. Mientras unos aplauden la valla con los dictadores como una lección de historia, otros ven ambas campañas como parte del mismo espectáculo, donde los políticos de un lado y otro manipulan la narrativa según les conviene.
Más allá del ruido, la “guerra de carteles” deja al descubierto una profunda fractura en la comunidad cubana del sur de Florida. Lo que comenzó como una crítica a ciertos políticos terminó exponiendo divisiones ideológicas, decepciones migratorias y una lucha por el control del relato en una ciudad que, aunque lejos de Cuba, sigue respirando su conflicto.
te recomendamos leer: Jueza suspende revocación del parole decretada por Donald Trump