La Guardia Costera de EEUU está “monitoreando” las posibles salidas de botes hacia la isla que planean cubanos de Miami, al tiempo que se mantiene alerta por un posible incremento de salidas ilegales hacia Florida.
La crisis en Cuba ha generado un movimiento de solidaridad de cubanos de Miami que han manifestado su deseo de salir al mar con dirección a Cuba para llevar suministros, lo cual mantiene en alerta a la Guardia Costera de EEUU.
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Las autoridades también han elevado la tradicional atención que prestan al Estrecho ante un probable aumento de balseros que puedan salir hacia territorio estadounidense, toda vez que el complejo escenario en la Mayor de Las Antillas -sumida en protestas del pueblo y represión de parte del gobierno- parece prolongarse.
El medio Local 10 contaba cómo un grupo de personas organizaron este lunes en horas de la noche una especie de flotilla de botes en Pelican Harbour Marina, cerca de North Bay Village en Miami, con agua, suministros y otros artículos que el grupo esperaba entregar en Cuba.
Sin embargo, la noche lluviosa no les permitió llegar muy lejos y según “un mensaje publicado en la cuenta de Instagram del organizador Santiago Rivera el martes temprano, decía que la Guardia Costera de EEUU impidió que su grupo cruzara el Estrecho debido a ‘problemas con armas de fuego’. Prometió que volverían a intentar salir el miércoles por la mañana ‘con el permiso de las autoridades de este país’”, detalla el medio.
Sin embargo, este martes en su cuenta de Twitter, esta entidad emitió un comunicado que hace parecer que no se emitirá tal permiso para quienes pretenden viajar en sus botes hacia aguas cubanas.
“Apoyamos al pueblo cubano mientras ejerce sus derechos fundamentales a la libertad de expresión y reunión, pero también recordamos a quienes están considerando participar en un viaje ilegal que no salgan al mar de esa forma”, explican.
La Guardia Costera de EEUU afirma que se trata de un viaje «peligroso e implacable» y que trabaja con otras entidades estatales, locales y federales para monitorear las «salidas de embarcaciones no autorizadas de Florida a Cuba», así como la migración ilegal desde la isla.
